El jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, fue muy atacado ayer en la Cámara de Diputados… por perredistas. Lo acusaron de “traidor a la Patria” por haber autorizado subir el precio del metro, en un lance un poco exagerado, dicen los que saben, salvo por el fondo del tema. El principal enemigo del incremento en el boleto del metro es René Bejarano, el jefe de la tribu más radical del PRD, porque con ese aumento va el compromiso de que desaparezcan los “vagoneros”, que es el comercio ambulante dentro del metro. Pues tiene razón don René en enojarse, porque esa medida le quita 3.5 millones de pesos anuales que le daban los “vagoneros” como cuotas por protección. A nadie le gusta que le quiten tanto dinero que no pasa, por cierto, por el SAT.

 

Tomás Yarrington es prófugo de la justicia estadounidense, que ya pidió al gobierno de México que le ayude a encontrar. El ex gobernador de Tamaulipas fue acusado por el FBI no sólo de dar protección a dos cárteles de la droga durante una década, sino de ser parte orgánica de la delincuencia organizada. Dicen los que saben que eso de que lo busquen en Cancún, parece más bien una desinformación –en ese destino vive otro ex tamaulipeco, Eugenio Hernández-, pero que si de veras quiere encontrarlo la PGR, que miren hacia el norte, en uno de los ranchos en los suburbios de Ciudad Victoria. Cuando menos, añaden, ahí estaba la semana pasada.

 

Fracaso total. Ese fue el resultado de la estrategia para suplir a Andrés Manuel López Obrador con su hijo, Andrés Manuel Jr., después de que un infarto agudo lo mandó al hospital. El joven AM resultó ser muy seco y distante con los seguidores de su padre, e inclusive grosero, en contraste enorme con la empatía que siempre genera el líder de Morena. Ante los rendimientos decrecientes del junior, decidieron bajarle el perfil y que se vaya diluyendo. A nadie, por cierto, le ha preocupado.

 

No hay plazo que no se cumpla, por lo que muy pronto en 2014 saldrán los resultados de la investigación que comenzó hace casi un año en la Secretaría de la Función Pública sobre la consejera del IFAI, Sigrid Arzt, acusada por sus compañeros de conflictos de interés, al haber solicitado información en casos bajo su jurisdicción bajo dos seudónimos en correos que salieron de la computadora de su oficina. Ella siempre ha dicho que le hackearon la computadora, pero no se sabe cuál será el veredicto de los contralores públicos.