En Zoyotlán, una pequeña comunidad del municipio de Marquelia, en la Costa Chica de Guerrero se registró el asesinato de dos pequeños hermanos, José de ocho años y su hermanita Marcela de apenas cinco.  Por los hechos, las autoridades detuvieron a tres sospechosos pero sólo uno, supuestamente, confesó el crimen.

 

Las circunstancias y el móvil de los homicidios de los niños, ocurrido el viernes pasado, no han sido aclarados del todo, por lo que Adela López y Feliciano Rosario, los padres de las víctimas siguen exigiendo justicia y repudiaron el crimen; indignación a la que sumaron los pobladores de la zona conocida como el “Arrollo Conejo”, donde fueron hallados los cadáveres.

 

Ayer, la Fiscalía General del estado confirmó la detención y reclusión de Santiago Sainz Pascual señalado como “autor material confeso” de la violación y asesinato de la pequeña Marcela, así como del homicidio de su hermano; ambos recibieron un disparo en la cabeza.

 

Según el testimonio de los padres recabado por la dependencia, ambos niños estaban cuidando a unos animales propiedad de la familia, a un kilómetro y medio de la localidad. Tras la demora de los menores, alertaron a las autoridades, y tras una larga jornada de búsqueda, la noche de ese mismo viernes fue localizado el cuerpo sin vida de José y al día siguiente el de su hermana.

 

Pese a que preliminarmente las indagatorias habrían arrojado a tres hombres como los sospechosos, la Fiscalía determinó que Sainz Pascual habría sido el único que cometió el abuso de la menor y el homicidio de los dos. La familia Rosario López aseguró desconocer al inculpado, así como los motivos que lo orillaron a hacerlo.

 

De acuerdo con la carpeta de investigación con número 12170700100098250915 abierta por la Fiscalía en torno al caso, el cadáver de Marcela fue hallado a escasos metros de donde fue localizado el de su hermano, quien cursaba el segundo año de primaria.

 

“La Fiscalía se sumó a la indignación de la población de un hecho tan aberrante”, señaló en conferencia el  titular de la Fiscalía, Miguel Ángel Godínez Muñoz, quien  acudió a dicha comunidad pues los familiares de los menores, así como pobladores de Zoyotlán buscaban “juzgar” conforme a sus usos y costumbres a los culpables.
Sin embargo, el fiscal intervino para que el imputado fuera recluido en el penal de Las Cruces, en Acapulco, y fuera juzgado conforme a la Ley, acusado de los delitos de violación y homicidio calificado. En tanto, los funerales de los pequeños se realizaron en medio de un ambiente generalizado de odio e indignación.