Trabajar en medio del desorden puede no ser tan contraproducente como se piensa, por el contrario, resulta estimulante para el desarrollo de la creatividad.

 

Así lo demostró un estudio de la Universidad de Minnesota realizado por los investigadores Kathlee. Vohs, Joseph Redden y Ryan Rahine, quienes, quienes dejaron ver, de que manera el desorden del espacio contribuye al desarrollo de las habilidades creadoras.

 

De acuerdo con los expertos, el orden y el desorden son estados comunes del ambiente que activan distintas partes de la mente, y que pueden beneficiar a la persona con diferentes resultados.

 

En la primera fase de la investigación, se convocó a 34 estudiantes holandeses asignados aleatoriamente a un espacio ordenado o un ambiente desordenado, en habitaciones estructuralmente iguales. Primero, los estudiantes debieron resolver un cuestionario en diez minutos; luego, se les dio la opción de elegir entre una manzana o una barra de chocolate; y finalmente se les consultó si querían hacer una donación de dinero a una organización que regala juguetes y libros a los niños.

 

Al final del primer experimento se detectó que los estudiantes que se encontraban en la habitación ordenada eran dos veces más propensos a escoger la manzana y donaron mayor cantidad de dinero que los estudiantes de la habitación desordenada; ante estos resultados, los investigadores concluyeron que existe una relación entre el orden y la disciplina, las elecciones saludables y la ética.

 

En la segunda fase, se convocó a 48 estudiantes, que igualmente fueron dispuestos en diferentes habitaciones, esta vez, e les pidió a ambos grupos que pensaran y enlistaran al menos 10 nuevos usos para unas pelotitas de ping-pong. Una vez que terminaron y se procesaron los resultados, los investigadores se encontraron con que los estudiantes que estaban en la habitación desordenada consiguieron anotar usos más creativos que los propuestos por los participantes de la habitación ordenada.

 

Finalmente, el tercer experimento buscaba analizar los efectos del espacio en la preferencia por lo tradicional frente a lo nuevo. Para ello, se convocó a 188 adultos americanos a quienes se les pidió que eligieran nuevos componentes para su dieta. Para el estudio, se les agregó etiquetas a los productos: unas decían “Clásico” y otras decían “Nuevos”.

 

Los resultados arrojaron que los adultos que se encontraban en la habitación ordenada eran más propensos a elegir los alimento con la etiqueta de “Clásico”, mientras que quienes estaban en la otra habitación optaban más por los rotulados con la palabra “Nuevo”. Es decir, este tercer experimento demostró que los ambientes ordenados afectan la preferencia de las personas por lo tradicional -dejando de lado lo novedoso-.

 

Cada uno de estos experimentos confirmó la hipótesis planteada al comienzo y sugirieron que “los efectos de orden físico son amplios y tienen muchos matices. Los ambientes desordenados parecen inspirar librarse de la tradición, producir nuevas ideas. Entornos ordenados, por el contrario, fomentan las convenciones dadas y lo seguro”.