La huida sorpresiva del escenario del director de Transformers, Michael Bay, durante la conferencia de Samsung, será lo más recordado del International CES 2014. Estoy seguro de ello. Quienes fueron testigos de ese momento recordarán que los miembros de la compañía borraron de su rostro cualquier señal de orgullo y altanería cuando Bay se fue del escenario sin dar explicaciones.

 

Si no están enterados, resulta que la feria de tecnología más importante del planeta se llevó a cabo, como cada año, en Las Vegas. Desde el domingo hasta el viernes de la semana pasada, más de tres mil 200 empresas del sector se dieron cita en Las Vegas Convention Center, el Mandalay Bay y The Venetian, para mostrarle al mundo las tendencias que dominarán en los próximos 12 meses. Más de 150 mil profesionales de la industria, incluyendo 35 mil que llegaron de diversas naciones a Estados Unidos, fueron testigos de miles de productos a punto de salir a las tiendas.

 

Cuando me preguntan qué fue lo que más llamó mi atención, les diría que el ridículo de Samsung y su invitado especial. Por encima de las pantallas flexibles, los nuevos productos 4K de Sony o las consolas de videojuegos Steam Machines.

 

Resulta que la empresa coreana ha destinado muchos millones de dólares a pegar su marca en donde sea, desde revistas, programas de televisión, radio, internet, películas y periódicos. Los comerciales que ha generado junto con los editores de varios medios importantes de este planeta han logrado ubicar a la empresa en un lugar privilegiado. Nadie habla mal de ella, pues representa mucha publicidad. Tan fuerte está que sus teléfonos y tablets las vemos por todas partes, incluso en las manos de sectores de consumidores que hasta hace unos meses consideraban de muy baja calidad el diseño de los coreanos. La idea de que son los mejores está flotando en el ambiente.

 

Un hecho a observar: en los últimos dos años ha sido una constante que la firma invite a cientos de medios de todo el mundo a acompañarlos al CES, para que sean sus altavoces en cada país que es observado como campo interesante para hacer negocios.

 

Al momento de invitar reporteros y editores, destaca Samsung porque le ha robado su lugar a Sony y a Microsoft, a LG o Ford, como la empresa que más cubren los medios durante el CES. Es obvio, ellos invitan a más reporteros y tienen más golpes mediáticos positivos. La conferencia de Samsung y su área de exhibición en Las Vegas, por obvias razones, se convierte en un punto obligado de visita para los que quieren saber qué es lo que presentará la firma y qué sorpresa nos tiene preparadas. Es un termómetro para medir si es gasto en mercadotecnia o pura innovación y diseño lo que hace tanto ruido.

 

Por eso resulta interesante el silencio que se hizo en muchos medios masivos cuando Michael Bay subió al escenario y comenzó a quejarse ante miles o millones de personas (gracias a la magia del streaming) porque su teleprompter no funcionaba. Es decir, la pantalla que le marcaba lo que tenía que decir no servía. Mucha tecnología, en la feria más importante de ese rubro, y la máquina que manda letras para ser leídas en voz alta, un sistema muy viejo, se cayó. Cuando el maestro de ceremonias trató de arreglar el comercial… el discurso, perdón, cuando le preguntó qué pensaba acerca de la tecnología Ultra HD, cómo le ha ayudado a su trabajo, Bay se fue. Desapareció del escenario. No dijo ni adiós. Y el show continuó.

 

Los empleados de Samsung querían que se los comiera un robot gigante en ese momento. Pero tuvieron que afrontar que el hombre que tenía que vender su tecnología como lo más wow, se fue corriendo porque no sabía qué decir. Fake, pues.

 

Después del escándalo, Michael Bay mandó una explicación por escrito:

 

“¡Wow! Acabo de avergonzarme a mí mismo en el CES, estaba a punto de hablar acerca de esta impresionante pantalla curva de 105 pulgadas Ultra HD. Yo rara vez presto mi nombre a algún producto, pero este es simplemente estelar. Estaba tan emocionado de hablar, que me salté la línea de introducción del Vicepresidente Ejecutivo y entonces el telemprompter se perdió. Entonces el mensaje se fue hacia abajo y hacia arriba y entonces salí de ahí. Supongo que los shows en vivo no son lo mío”.

 

Supone bien y la verdad, ni quién le crea nada.