Ser el nuevo ídolo del boxeo en México, sin importar que no haya una corona en juego, o el tipo de cinturón que espera al ganador, es la razón de la cita a golpes que Saúl ‘Canelo’ Álvarez y Julio César Chávez Jr se han puesto para este sábado en Las Vegas.

 

 

 

Desde temprana hora, la gente comenzó a llegar a la T Mobile Arena de Las Vegas, donde a las afueras se vive un ambiente completamente mexicano.

 

 

Ni el viento que soplaba fuerte ni los más de 30 grados centígrados apagaron el ambiente de fiesta que puso la gente, que abarrotará los más de 20 mil lugares para presenciar el choque por el orgullo entre Chávez jr. y “Canelo”.

 

Ataviados con playeras alusivas a los dos pugilistas, los mexicanos se concentraron para, de diversas formas, prepararse rumbo al esperado combate que está pactado para iniciar poco después de las 20:30 horas local, 22:30 del centro de México.

 

 

Cerveza, música de banda y baile fueron los elementos que aprovecharon algunos aficionados enfrente de la Plaza Toshiba, donde los gritos de apoyo para su boxeador favorito y el “¡México, México!” eran una constante.

 

 

La ‘Batalla Civil‘, como se ha bautizado el encuentro, ha polarizado a una afición entre los jóvenes, que apoyan a ‘Canelo’, nacido el 18 de julio de 1990 en Guadalajara, y los románticos que no olvidan al mito Julio César Chávez y, por extensión son fieles a su heredero, que el 26 de febrero cumplió 31 años.

 

 

‘Canelo’ Álvarez, de 26 años, es la máxima figura de la parrilla que promociona la empresa Golden Boy Promotions, del estadounidense Oscar De La Hoya, hijo de mexicanos y excampeón mundial en seis categorías.

 

Álvarez, un especialista en terminar sus peleas antes del límite (48-1-1, 34 KO) debe recibir alrededor de 20 millones de dólares, 14 millones más que los prometidos a Julito Chávez (50-2-1, 32 KO).

 

Además de ser 10 centímetros más bajo que Chávez, quien mide 1,85 metros, y carecer de menos alcance en los brazos, ‘Canelo’ parece tener muchas más cosas en riesgo.

 

De perder ‘Canelo’ habrá una revancha automática, un derecho que no tendrá júnior en caso de salir derrotado y una razón poderosa que debe empujarlo a jugar el sábado al todo o nada, si no quiere dejar pasar el que para mucho es el último tren de su carrera.

 

Se espera que más de 40 millones de mexicanos en su país estén atentos a la pelea con las transmisiones de las dos cadenas de televisión más importantes de allí: TV Azteca y Televisa.

 

La expectación también ha elevado a un millón la demanda de suscripciones solo en Estados Unidos por el sistema pague por ver.

 

Parece razonable, pues los dos candidatos al título honorífico de máximo ídolo del boxeo mexicano lucen en su mejor forma tras una preparación que duró cuatro meses. (Con información de EFE)

 

JMS