Las palabras de Andrés Manuel López Obrador se le atoraban en la garganta mientras intentaba contener las lágrimas al hacer un llamado de unidad nacional en aras de la transformación de México.

 

La gente desbordó la plancha del Zócalo capitalino para escuchar al tabasqueño en su cierre de campaña. El candidato de la izquierda se comprometió a gobernar para todos y acabar con un gobierno “convertido en comité” que opera en función de los intereses de un selecto grupo.

 

“Lo nuestro será distinto. Gobernaré para ricos y pobres, para la gente del campo y la ciudad, para mis simpatizantes y mis adversarios, que serán respetados por un gobierno democrático que sabe garantizar las libertades de todas y todos. No habrá persecución ni destierro para nadie. No buscamos venganza, queremos justicia”, indicó.

 

La gente respondía con emoción mientras el tabasqueño daba un resumen de lo que fue su campaña presidencial: 136 encuentros con organizaciones civiles y del sector productivo, además de dos millones de personas asistentes a los actos públicos que realizó por todo el país.

 

 

“Mantuvimos comunicación directa con la gente, más que otros candidatos. No tuvimos ningún incidente ni tampoco ningún rechazo”, dijo haciendo alusión al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto.

 

El candidato comenzó el acto caminando desde el Ángel de la Independencia hombro con hombro con el tres veces candidato a la Presidencia, Cuauhtémoc Cárdenas, y Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD.

 

Veinte minutos antes de las cinco de la tarde y al grito de “¡Presidente!, ¡Presidente!”, el ex jefe de Gobierno capitalino se mezcló en la masa de seguidores y simpatizantes de la izquierda.

 

Quince minutos antes de las siete, al tiempo que el tabasqueño caminaba por avenida Juárez, aparecería Marcelo Ebrard para sumarse al futuro gabinete de Andrés Manuel López Obrador.

 

 

El tabasqueño dio un resumen de su propuesta. Se comprometió a terminar con los monopolios, implementar un gobierno austero, reducir el costo de los energéticos, atender a los jóvenes, cambiar la estrategia contra el crimen organizado y, sobre todo, acabar con la corrupción.

 

“Aquí está la diferencia entre lo que representa el candidato del PRI y nosotros. Ni siquiera trató el tema distante su campaña, nunca se comprometió a combatir la corrupción”, manifestó.

 

También pasó lista a su gabinete, en el cual, Juan Ramón de la Fuente, Rogelio Ramírez de la O y Manuel Mondragón brillaron por su ausencia.

 

Pidió al pueblo apoyarlo a impulsar las reformas que necesita el país y a no bajar la guardia el día de la elección. “No les voy a fallar, no voy a traicionar al pueblo de México, estoy muy consciente de mi responsabilidad histórica. No es sólo un asunto político. Esto tiene mucho que ver con los afectos. Sería una canallada fallarles, traicionarles, eso no lo voy a hacer nunca. Ustedes me han dado su apoyo y respaldo hasta en los momentos más difíciles. Así como ustedes me quieren así los quiero yo. Amor con amor se paga”, finalizó.