Sin lugar a dudas, esta temporada es la ideal para aprovechar cualquier terraza o jardín. Los días se tornan más cálidos y aún no han llegado las lluvias, lo que permite organizar, al ponerse la tarde, deliciosas veladas en exteriores acompañadas de una buena charla mientras disfrutas de una rica cena y porqué no, una buena botella de vino. En estas fechas siempre se me antoja invitar a amigos para una carne asada el viernes para aprovechar el jardín, o para tapear recién puesto el sol. Es una pequeña ventana en el año que vale la pena aprovechar.

 

Asimismo, esta es la temporada en la que más se me antoja sentarme en la terraza de los restaurantes. Sin embargo, casi todas estas compactas zonas han sido designadas para fumadores, dejándonos a los no fumadores con pocos espacios exteriores libres de humo. Es cada vez más limitada la oferta de restaurantes que ofrecen espacios abiertos para los no fumadores. Tal vez por eso no me canso de ir al Azul Condesa y al Azul Histórico, en donde cuentan con una terraza libre de humo para disfrutar tus alimentos sin tener que acompañarlos con un cigarro obligatorio, sobre todo si, como en mi caso, el humo del cigarro te ocasiona alergia. Siempre estoy en búsqueda de esa terraza especial, que te permita aprovechar esta temporada fugaz del buen clima que llega con la primavera.

 

Fue casi por equivocación que dí con L’Avenue. Eran ya las cuatro de la tarde en un día entre semana. Mi cita de medio día se había extendido y me moría de hambre. Ya había pasado por este lugar varias veces, pero al ver esa tarde soleada su invitadora terraza con sombrillas, no pude resistir la tentación de conocerlo.

 

El restaurante está decorado con toques europeos, y se respira un aire relajado que te convida a pasar la tarde en una de sus dos amplias terrazas al frente. Éstas, aunque para fumadores, son suficientemente grandes, que dependiendo de cómo sopla el viento, puedas escoger una mesa lejos del humo. Ese día, dada la hora de la tarde en que visitaba el restaurante, fue aún más fácil, ya que encontré una mesa por la entrada, separada del resto de los comensales.

 

La primera impresión que me dio fue como de un bistro francés. Al revisar el menú, me dí cuenta de que la oferta era más ecléctica, contando con algunas pastas y hasta platillos mexicanos. Al platicar con mi mesero sobre el concepto, me contó que el restaurante era el resultado de una asociación entre uno de los dueños del famoso restaurante Las Mañanitas, de Cuernavaca, y otros socios.

 

Para empezar, pedí una ensalada con cítricos que venía abundantemente servida, tanto que a pesar de estar compartiéndola con mi acompañante, la porción fue ideal. Me encantó que aunque pedimos una ensalada para dos la porcionaron en la cocina, lo cual sin duda, se agradeció. Después, de segundo tiempo, pedí un sándwich de roast beef con su jugo. Los sabores eran deliciosos, sobre todo porque en lugar del típico sabor a jugo de carne tradicional, venía sazonado con un poco de anís estrella, lo cual le daba un sabor singular. El sándwich era sencillo, la baguette venía acompañada de jitomate, lechuga y una buena mostaza. La carne era de primera calidad y estaba perfectamente aliñada. Sin duda, fue mi platillo favorito de la tarde y es el platillo por el que regresaría otro día. Venía acompañado de papas que estaban crujientes y que desaparecieron rápidamente. Para acompañar el sándwich, pedí una botella de un vino uruguayo, de la selección especial de Las Mañanitas, que estaba muy rico y ofrecía una excelente relación precio calidad. Resultó el maridaje ideal para el sándwich que pedí.

 

El servicio fue impecable y amable. En esta ocasión, oí a unas clientas comentarle al mesero que la música estaba muy fuerte e inmediatamente le bajaron y cambiaron el tipo de música de fondo. Durante mi estancia, siempre estuvieron atentos a todo.

 

Sin duda, si buscas una experiencia 100% francesa, este no es el lugar para encontrarla. Pero si lo que quieres es pasar una tarde rica, en una terraza con buena comida y buen servicio, sin más pretensiones,  te recomiendo que visites L’Avenue. Además, algo que me encantó, fue descubrir que cuentan con servicio de descorche de 350 pesos. Bien por los restaurantes en los que te invitan a llevar tu propio vino y sobre todo cuando la política es ofrecerlo a un precio muy razonable.

 

Así que ya sabes, si estás buscando una terraza agradable en la zona de Lomas, para aprovechar estas tardes soleadas sin lluvias, L’Avenue es una buena opción. Espero que tengas un maravilloso viernes, y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!

 

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L’Avenue

Cerro de Maika #110 (esquina Palmas)

Tel: 55209576

www.lavenue.com.mx

 

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Y si quieres ver pintura moderna que incorpora el arte del collage inspirado en los paisajes urbanos, te invito a visitar la exposición de pintura del reconocido arquitecto y pintor José Grinberg, Señales Urbanas, en la Fundación Sebastián; permanecerá abierta hasta el 5 de abril. Av. Patriotismo #304, Col. San Pedro de los Pinos, entre calles 7 y 5, Del. Benito Juárez.

 

Vale mucho la pena darse una vuelta. Para más información visita www.fundacionsebastian.org