El Secretario de Economía reconoció que desde el principio de este proceso han sido claros en determinar que para sentarse en una mesa de negociación tiene que haber un plan alternativo

Todo está a favor de Ricardo Anaya.

 

Él quiere ser, y si no desiste será, el candidato presidencial del PAN para 2018.

 

De nada servirá el historial y buena administración de Rafael Moreno Valle como gobernador de Puebla, la popularidad de Margarita Zavala de Calderón o las aspiraciones sinarquistas de Miguel Márquez.

 

Basta con el control del Consejo Nacional y lo tiene y lo tendrá Ricardo Anaya.

 

Los astros están alineados para el queretano.

 

La oposición interna se limita a unos cuantos cercanos a Felipe Calderón, plenamente identificados y quienes tras las demandas de fin de año de pedirle ser imparcial en el proceso han desaparecido.

 

Ellos quieren quitarle los millones de anuncios con cargo al tiempo aire determinado por la ley para el PAN, pero seguirán bajo su control y se transmitirán con su imagen y su voz porque nadie ha puesto orden en esa parcialidad, ni el INE ni el Trife.

 

O sea, Anaya tiene pista libre.

 

Incorporará al consejo nacional con afines

 

La candidatura presidencial debe quedar decidida el próximo domingo 22 de enero.

 

Ese día deberá integrarse el Consejo Nacional con la elección de 200 de los aproximadamente 300 integrantes, 200 por votación directa y los restantes por posiciones históricas: ex presidentes, ex dirigentes nacionales y estatales, coordinadores parlamentarios…

 

La reflexión es simple:

 

Si ahora tiene mayoría con un Consejo Nacional conformado antes de él y se supone sin incondicionales, ¿qué sucederá cuando la inmensa mayoría de los nuevos consejeros sean afines a él y, por lo tanto, votos seguros cuando se decida el procedimiento de postulación y el abanderado?

 

Acertó usted: será… ¡Ricardo Anaya!

 

Y no le resultará difícil arropar las nuevas votaciones.

 

Tiene a los gobernadores maiceados con el apoyo de Marko Cortés; a los demás coordinadores parlamentarios y a los dirigentes estatales del partido.

 

Ése es el panorama del PAN.

 

Haga usted sus propias apuestas.

 

Ordenan bajo perfil a aspirantes del Edomex

 

1. El panorama preelectoral del Estado de México avanza en dos vías distintas.

 

En la oposición, el PAN y PRD hacen esfuerzos por un acuerdo de coalición, pero no se ponen de acuerdo siquiera sus propios grupos y corrientes.

 

Un dato sobresale: los panistas no aceptarán a un perredista porque las tendencias son azules y entregar un cheque en blanco al pejista Alejandro Encinas es condenarse a la derrota.

 

Por si fuera insuficiente, los aspirantes naturales –José Luis Durán y Ulises Ramírez– moverían sus huestes en contra de un hombre ya derrotado dos veces y para colmo ni siquiera militante perredista.

2. En el PRI observan la pradera de enfrente y tiene lista la convocatoria con una determinación superior: será candidatura de unidad y todos los contendientes internos se sumarán a ella.

 

Los malquerientes critican a Alfredo del Mazo, pero no está descalificado como tampoco Ana Lilia Herrera, Carlos Iriarte y Ernesto Nemer.

 

Todos acatan la disciplina y la instrucción del gobernador Eruviel Ávila: bajo perfil y unidad para fortalecer al PRI en la contienda.