La noticia escueta sería:

 

-Dan amparo definitivo al presunto agresor de Ana Gabriela Guevara.

 

Pero la información tiene muchos elementos.

 

El primero de ellos:

 

Hay “orden de aprehensión librada en contra de Fabián España Moya” por el pleito derivado de un incidente de tránsito el domingo 11 de diciembre pasado en la carretera México-Toluca.

 

Un forcejeo corporal donde ambos se dieron “de hombre a hombre”, argumenta él, porque la vestimenta de motociclista, la habilidad de la senadora y la oscuridad impedían distinguir su condición física.

 

Tras el linchamiento mediático sobre el entonces desconocido Fabián España Moya –y no cuatro presumibles abusadores de una indefensa mujer–, se desahogaron todos los alegatos en la solicitud de amparo.

 

Parte importante fueron las aportaciones del Agente del Ministerio Público Federal a cargo de las investigaciones, lo cual garantizaría la aplicación de pleno derecho para ambas partes, la acusadora y la acusada.

 

Todos los alegatos y audiencias se celebraron con una suspensión provisional a favor de España Moya.

 

Garantía de juicio justo

 

Cubiertos los trámites, la justicia cambió su protección.

 

Pasó de suspensión provisional a suspensión definitiva, lo cual garantiza a Enrique España Moya sin el riesgo de ir a la cárcel y con la posibilidad de enfrentar el proceso en libertad.

 

La secretaria del Juzgado Cuarto de Amparo en Materia Penal, Olivia Campos Valderrama, sustenta su determinación en varios hechos, uno de ellos fundamental: no hubo delito grave.

 

Dice el escrito:

 

“… Se reclama la orden de aprehensión por delitos que no ameritan la prisión preventiva oficiosa, ya que tales delitos no quedan comprendidos…”.

 

Y viene una retahíla de preceptos y artículos constitucionales y de la Ley de Amparo.

 

Da la razón a Fabián España Moya:

 

“… con la concesión de la medida no se sigue perjuicio al interés social, ni se contravienen disposiciones de orden público y de no otorgarse (…) se causarían al promovente daños y perjuicios de difícil reparación…”.

 

En síntesis, el proceso seguirá y, como es deseo de todos, a la luz de la ley y la justicia.

 

Con esto quiero precisar, para quienes suponen parcialidad de mi parte, mi interés de ver aclarado todo y a cada quien en su lugar al margen de posiciones políticas e influencias mediáticas.

 

Destitución de Jacobson

 

Lo adelantamos aquí el 10 de noviembre:

 

Donald Trump cesaría a la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, en cuanto jurara como Presidente.

 

Jacobson, destacamos entonces, no pasaría los afectos del republicano porque ella fue colaboradora cercana de Hillary Clinton y no encaja con su política de desprecio hacia México.

 

Pero Trump no esperó.

 

Se adelantó casi un mes, pues le pidió su renuncia el 23 de diciembre y surte efecto el 20 de enero, justo la fecha de su arribo a la Casa Blanca.

 

Ante su inminente salida, informamos, Jacobson se dedicaría a tejer redes difíciles de desmontar en la relación bilateral.

 

Y en eso está todavía.