El anteproyecto no deja dudas:

 

El muro de Donald Trump se construiría en extensos tramos de territorio mexicano.

 

Una enorme y humillante barda de tres mil 214 kilómetros de origen caprichoso, con trazos imprecisos y entre mil obstáculos de todo tipo: naturales, ecológicos, políticos y sociales.

 

Como no hay un proyecto ejecutivo terminado pese a haber sido la promesa angular de la campaña del magnate, es prematuro hablar de inminente invasión a México.

 

O si por esa vía lo haría pagar la gran barda para detener el flujo de criminales e indocumentados, como el presidente de Estados Unidos identifica a los mexicanos.

 

Tal vez ni siquiera el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, tiene idea pese a haber recorrido la semana pasada parte de la zona y entrevistado con autoridades fronterizas.

 

Pero la amenaza es latente y, lo peor, no se ha hecho el trabajo diplomático necesario para frenar un proyecto tan dañino no nada más para el país, sino para la supervivencia de la zona.

 

 

¿Y la defensa del gobierno mexicano?

 

 

Las líneas generales ya fueron presentadas a empresas invitadas.

 
Algunos datos:

 
Ya se tiene un muro parcial de mil 101 kilómetros desde el océano Pacífico –en realidad desde la bahía de San Diego- hasta Arizona.

 

Si se cumple la amenaza, se requieren tres mil 214 kilómetros más y las obras se repartirán entre distintas compañías bajo la supervisión de varias autoridades de Washington, entre ellas el ejército norteamericano.

 

En simples vuelos –a veces los constructores solos, otras en compañía de autoridades estatales y federales- los interesados en los contratos han descubierto varios obstáculos prácticos, amén de los políticos y legales para satisfacer esta puntada de Donald Trump.

 

Hay varios ejemplos.

 

A los empresarios no les queda claro qué se hará en el caso del río Bravo o en las presas Falcón y La Amistad -¡qué paradoja!-, pues son aguas internacionales y la mitad de esos recursos hídricos le pertenecen a México.

 

Ah, pero los personeros del señor Trump proponen levantar del lado mexicano el bordo a orillas del río, de las presas y de las cañadas donde la obra sería imposible por las condiciones orográficas.

 

Y de uno y otro lado hay problemas: los propietarios, quienes reclamarían las indemnizaciones correspondientes.
El asunto claro es: ¿el gobierno de Enrique Peña tiene la fortaleza necesaria para hacer valer la soberanía?

 

Porque ayer los manifestantes variopintos se manifestaron contra Trump pero también hubo quienes pidieron la salida de Peña.

 

 

Cese de Torruco y ejemplo de Zapata

 

 

1.- No crea si las informaciones periodísticas hablan de la renuncia de Miguel Torruco a la Secretaría de Turismo de la capital.
Lo corrió el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, por apoyar y hacer campaña –desde el cargo, se supone- a favor de Andrés Manuel López.

 

 

Y 2.- L
a fórmula del informe del yucateco Rolando Zapata sirve de ejemplo.

 
No lo promovió, no llevó invitados, lo leyó en una escuela ante unos cuantos maestros y su familia y así se ahorró millones de pesos.

 
Lo siguió el morelense Graco Ramírez, pero ya los consultan otros colegas.