No tiene la culpa el instituto, pero el sindicalismo lo ha tomado como botín.

 

Es una historia añeja.

 

Desde hace muchos años, Mario Martínez Déctor, desconocido como dirigente por trabajadores del Río Blanco, se desempeña como representante obrero ante ese organismo.

 

Su período concluirá en 2018, pero maniobra para mantener sus jugosas percepciones -120 mil pesos mensuales, auto, chofer y otras prebendas-y parece llevar delantera a los dirigentes Carlos Aceves del Olmo e Isaías González.

 

Porque los dirigentes de la CTM y la CROC son los únicos con poder político para retirar al octogenario Martínez Déctor.

 

Sobre el ex diputado hay un pasado oscuro registrado por el sindicalismo mexicano, con denuncias de fraude por más de 50 millones de pesos.

 

En 1979, el Comité de Fiscalización y Vigilancia del Sindicato Revolucionario de Trabajadores de Río Blanco (SRTRB) lo desconoció como asesor por un fraude de 12 millones de pesos.

 

En 1981 una auditoría reveló otro fraude por 5.5 millones y en diciembre de 1982 el SRTRB solicitó a la CROC la suspensión de Martínez Déctor.

 

Una auditoría más descubrió en 1983 un desfalco por 12 millones y, un mes después, el secretario general de ese gremio, Wilfrido Aldaraca Ramírez, dio a conocer otro de 18 millones.

 

Nepotismo y conflicto de intereses

 

Pese a ese pasado, Mario Martínez Déctor ha sido exitoso, pues ha escalado hasta la vicepresidencia del Congreso del Trabajo y cargos ejecutivos en la CROC.

 

Con la llegada de Carlos Aceves del Olmo a la CTM y la actitud renovadora de Isaías González ha iniciado la revisión de los representantes obreros ante distintos organismos, entre ellos el IMSS y el Infonavit.

 

Insisto: no tienen culpa sus directores Mikel Arriola y David Penchyna, ambos recién llegados a esas instituciones de seguridad y vivienda, pero pronto podrían recibir notificaciones de cambios.

 

De momento le documentan a Martínez Déctor una serie de cargos como nepotismo y conflicto de intereses, según el artículo 263 de la Ley Orgánica del IMSS:

 

“Los integrantes del Consejo Técnico deberán abstenerse de promover o participar directa o indirectamente, a título personal, en la atención de solicitudes, planteamientos o recursos que patrones o derechohabientes planteen ante el instituto.

 

“El Consejo Técnico emitirá lineamientos sobre los cuales sus integrantes podrán ejercer funciones de representación y gestoría ante el instituto, respecto de los sectores y organizaciones a que representen, a fin de evitar conflictos de interés”.

 

Pero Martínez Déctor utiliza incluso papel membretado del Consejo Técnico para promover a familiares y cercanos.

 

Recientemente le envió un oficio a María Elena Reyna Ríos, titular de la Dirección de Finanzas, para promover a su hija Irma Catalina Martínez Pelayo (matrícula 99096238), con salario de 26 mil pesos mensuales y Nivel 57 en la Coordinación de Administración de Riesgos Financieros.

 

Los líderes sindicales analizan una lista más de nombres para documentar el nepotismo de Martínez Déctor: su hijo Mario Martínez y sus nietas Marcia Martínez Rodríguez y María Teresa Geraldine Medina Belmont.

 

Otros: Lucila Alicia Rodríguez Juárez, esposa de su nieto; Elizabeth Camacho Martínez, Katry Jacqueline Medina Belmont, Patricia Camacho Martínez, Irma Catalina Martínez Pelayo, Brenda Liliana Martínez Ortiz y Reyna Ariadna Camacho Martínez.

 

El Ifetel y el mercado asimétrico

 

Cuando el Ifetel se dispone a hacer una nueva revisión de la dominancia en telecomunicaciones, un experto internacional ha puesto dudas sobre la mesa:

 

Felipe Buitrago se pregunta cómo regular el mercado en un medio asimétrico e invoca la intervención de los órganos reguladores.

 
Sólo así es posible detonar la competencia, hacerla efectiva, multiplicar la inversión y materializar el éxito de la reforma sectorial, sostiene este ex funcionario del BID.

 

Por ese rumbo se esperan las decisiones de fin de año del Ifetel.