La maquinaria está en marcha:

 

Pablo Escudero, del PVEM, está en vías de continuar como presidente del Senado y culminar el año parlamentario.

 

Veamos:

 

Ese cuerpo colegiado se decide por acuerdos entre fracciones.

 

Al comenzar el sexenio, el PRI reivindicó su mayoría relativa y su coordinador, Emilio Gamboa, consiguió un arreglo favorable:

 

-Tres años para el PRI, dos para el PAN y uno para el PRD.

 

Los panistas ya presidieron el Senado con Ernesto Cordero y Roberto Gil.

 

El tercer año correspondió al perredista Miguel Barbosa.

 

Los priistas, por su parte, enviaron a Raúl Cervantes en el segundo año, considerado de alta dificultad por la discusión de las reformas más trascendentes del sexenio.

 

-No nos hagamos bolas: el PRI decide

 

En esas condiciones llegó el penúltimo año legislativo del sexenio.

 

Le correspondía al PRI y, en acto de condescendencia con su aliado verde, Emilio Gamboa cedió la presidencia a Pablo Escudero.

 

Nada extraño, si se recuerda cómo Manlio Fabio Beltrones transfirió la presidencia al perredista Carlos Navarrete.

 

En un principio Gamboa negoció sólo seis meses y luego se vería.

 

Pero su trabajo ha sido elogiado por partidarios y contrarios, incluidos el perredista Miguel Barbosa, a quien le agradaría ver su continuidad.

 

El coordinador del PAN, Fernando Herrera, no ha sido tan generoso, pero tampoco ha emitido críticas hacia la conducción de Escudero.

 

-No nos hagamos bolas. El segundo semestre del año legislativo será quien quiera el PRI. A él le corresponden los dos últimos años –me dijo un influyente senador panista.

 

Aquí está la clave.

 

Seguramente Emilio Gamboa corre la cortesía de informar a su jefe político, el presidente Enrique Peña, pero disponer de un año más le da margen de negociación interna.

 

Hay muchos senadores priistas interesados en presidir esa Cámara –entre los compañeros el más reconocido es Enrique Burgos– y, por lo tanto, piden su período de exposición mediática.

 

Con Escudero u otro, será un período de mucho trabajo porque la agenda política del país está cargada y hay muchos asuntos pendientes, ha dicho Gamboa.

 

Isidro Pastor deja movilidad en crisis

  

1. En el Estado de México circula una pregunta: si Isidro Pastor saltó del gobierno estatal a una candidatura independiente, ¿lleva el aval del gobernador Eruviel Ávila?

 

La respuesta es contundente:

 

-No.

 

Al contrario: algunos verían traición al gobernador, quien lo rescató del ostracismo político.

 

Se fue sin consentimiento de nadie y atrás dejó un saldo terrible en la Secretaría de Movilidad: crisis en el sector, inseguridad, concesiones bajo sospecha…

 

Y en lugar de defender a los ciudadanos, ha tomado el camino de irse cuando más se necesita orden en el área encomendada a él.

 

Y cuando hablamos de corrupción, no necesariamente puede uno referirse a él, sino a una secretaría marcada desde siempre por malos manejos.

 

Porque él, Isidro Pastor, es un hombre inmensamente rico y, sin duda, con la mayor capacidad en la administración estatal actual, por encima del secretario de Gobierno, José Manzur.

 

Y si alguien lo duda, ahí están las declaraciones 3 de 3 para corroborarlo.