Los perredistas están muy asustados.

 

Aunque tempraneras, las encuestas no presagian el dominio existente desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas conquistó la ciudad, hasta la disidencia de Andrés Manuel López Obrador.

 

Es precisamente el partido de su propiedad, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el preferido por los capitalinos para su voto del próximo 5 de junio.

 

AMLOCierto, el proceso no ha despertado el interés de la población porque ni entiende ni ve ventajas sustantivas en la conversión de Distrito Federal a Ciudad de México.

 

Cosas de políticos –dicen, escépticos.

 

Más allá de consideraciones, el proceso está en marcha, y con los resultados del 5 de junio deberá integrarse la Asamblea Constituyente para elaborar la Constitución de la Ciudad de México.

 

La organización de López Obrador tiene las preferencias en promedio hasta tres a uno y se acabaría el predominio del Partido de la Revolución Democrática (PRD), tendencia iniciada en las votaciones de 2015.

 

Y si el PRD es barrido por Morena, no se diga los demás partidos; el Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) incluidos.

 

Mancera se niega a intervenir

 

La pérdida de la ciudad es analizada por la cúpula perredista desde dos ópticas.

 

Algunos lo ven sin mayor trascendencia, porque de todas maneras los designados por Andrés Manuel llegarán acotados, dada la conformación de la Asamblea Constituyente.

 

Ese cuerpo legislativo se integrará con cien diputados, 60 por representación partidaria y 40 designados.

 

Ése fue el candado impuesto a Morena, como en su momento advirtió el Peje.

 

Los 40 -seis nombrados por la Presidencia de la República; seis, por la Jefatura de Gobierno, 14 senadores y 14 diputados-, contendrían la furia de los enviados tabasqueños en alianza con otras fuerzas políticas.

 

Otra visión perredista está azorada.

 

Acepta ese escaso impacto pejista en la vida de la ciudad a corto plazo porque seguirá el mismo gobierno, pero ve hacia el futuro: sería un adelanto de la debacle inexorable en 2018.

 

Por ello se manifiestan por la operación política del gobierno de Miguel Ángel Mancera.

 

Con un problema ya pulsado por los dirigentes nacional y urbano, Agustín Basave y Raúl Flores, Mancera ha decidido no intervenir a favor del PRD.

 

Soy apartidista y demócrata –recuerda constantemente.

 

Mientras los perredistas temerarios y temerosos discuten cómo recuperar parte de la fuerza perdida, los operadores –delegados, diputados, dirigentes; ahí no hay pruritos- preparan el asalto a la ciudad.

 

El Peje supervisa sus trabajos y pronto los dirigirá personalmente porque ve a las elecciones de junio próximo como la antesala del encumbramiento de Ricardo Monreal en 2018.

 

Y va muy bien, mientras las demás fuerzas van muy mal.

 

IMSS: cirugías en fin de semana

 

1. El fin de semana comenzaron las pruebas para practicar cirugías en clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

 

Alcanzado el acuerdo con el líder sindical Manuel Vallejo, el director Mikel Arriola inaugurará el sábado venidero el servicio de intervenciones quirúrgicas en cinco estados –Ciudad de México, Jalisco y Chihuahua van delante- y paulatinamente se extenderá al resto del país.

 

Si se cumple el plan, pronto aumentará en 40% el número de operaciones y a fin de sexenio alcanzará 80%, casi el doble de las realizadas hasta ahora.

 

Todo conseguido con visión y voluntad política y sin necesidad de ampliar la infraestructura hospitalaria ni adquirir más equipo…

 

O mejor dicho, con mejor aprovechamiento de esa infraestructura.

 

2. Entre negociaciones para un período extraordinario con el fin de aprobar las leyes pendientes, los representantes priistas impulsan el paquete de justicia ciudadana.

 

Los dos coordinadores, Emilio Gamboa y César Camacho, hablan ya con todas las fracciones para agilizar la aplicación de la justicia.