La afirmación no es propia.

 

 

Surgió de distintos puntos de vista de varios gobernadores, quienes de varias formas han exigido a la Cámara de Diputados convocar a un período extraordinario de sesiones y aprobar, por fin, la Ley de Seguridad Interior.

 

 

Y no son gobernadores cualesquiera.

 

 

Son prácticamente todos, los 32, incluido el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Mancera.

 

 

Pero centrémonos en tres emergidos de los tres partidos principales: PAN, PRI y PRD.

 

 

El panista Francisco García Cabeza de Vaca (Tamaulipas), el priista Quirino Ordaz (Sinaloa) y el perredista Silvano Aureoles (Michoacán).

 

 

Ellos han acudido y reclaman un marco legal para normar la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, y de esa manera evitar acusaciones sin fin, pocas veces con razón y casi siempre sin ella, porque buscan desacreditar al Ejército Mexicano y a la Marina.

 

 

¿Una Ley de Seguridad Interior para las Fuerzas Armadas?

 

 

-No –me dicen casi a la par dos gobernadores-, para protección de los ciudadanos. Sin protocolo no hay cómo asegurar una participación adecuada.

 

 

Y mientras eso no suceda, responde, la violación de los derechos humanos es contra los mexicanos porque no están garantizados.

 

 

-¿Y quién los viola?

 

 

-El Congreso mexicano, que niega la Ley de Seguridad Interior y prefiere discutir sobre la desaparición de delfinarios en lugar de darnos protección.

 

 

Ahí dejamos la reflexión.

 

 

GAMBOA: EN EL SENADO SIRVO MÁS AL PRESIDENTE

 

 

-¡Qué elogio! –le digo a Emilio Gamboa-, el Presidente no se midió.

 

 

-Fue muy generoso –me responde.

 

 

Y empiezo a repasar la historia.

 

 

En diciembre de 2011, cuando se optó por retirar a Humberto Moreira de la presidencia del PRI, el entonces candidato Enrique Peña analizó varios nombres y dos de ellos destacaron: Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa.

 

 

Pero requería dos operadores en el Congreso de la Unión para aprobar sus reformas y eran los adecuados.

 

 

Entró un tercero, Pedro Joaquín Coldwell.

 

 

Desde entonces Gamboa ha jugado, junto con Beltrones y aún entre ellos, un papel importante para el equilibrio en la cúpula política.

 

 

Así vino la invitación presidencial del lunes para acompañarlo a él y al gobernador Rolando Zapata, el reconocimiento por su labor legislativa y su agradecimiento por servir a la República.

 

 

-Muchos vimos el anuncio de otra escala política. El PRI, por ejemplo…

 

 

-No, no, no. Yo le sirvo más al Presidente en el Senado. Ahí tenemos todavía muchas cosas que hacer… y las vamos a hacer –se despide Gamboa.

 

 

MURGUÍA Y FARAH FRENAN PRIVATIZAR LA CÁMARA

 

 

No porque se publicó aquí, pero los mandos de la Cámara de Diputados frenaron la privatización del Palacio Legislativo.

 

 

Morena, el PRD y Movimiento Ciudadano convocaron a la Primera Cumbre Interamericana de Profesionistas y Empresarios con… ¡cobro por ingreso de 750 pesos!

 

 

¿Pagar por entrar a un palacio del pueblo?

 

 

Bueno, pues la presidenta, María Guadalupe Murguía, y el secretario general, Mauricio Farah, frenaron semejante abuso.

 

 

Buen precedente, sobre todo cuando alguno de esos partidos pidió un salón, llevó a un rector de una universidad patito y entregó doctorados honoris causa prácticamente a escondidas.

 

 

Eso, prometen los mandatos camarales, no volverá a suceder.