Es impresionante.

 

Teóricamente el aumento a la gasolina y al diésel tiene muchos padres, todos ocultos.

 

El Poder Legislativo, donde a fines de 2013 se pergeñaron la reforma hacendaria y la Ley IEPS, hoy con dientes draconianos.

 

Reforma y ley, vale repetir, apoyadas por los legisladores del PRI, PRD y PVEM.

 

Todavía en noviembre, senadores y diputados tuvieron la oportunidad de modificar la Ley del IEPS, pero nadie lo planteó.

 

Otros padres silenciosos son la CRE, de Guillermo García Alcocer, con su mamotreto de regiones y escalamientos.

 

Nadie sale en defensa del secretario

 

Hoy el aumento es acreditable a Hacienda, como si fuera la única responsable.

 

Si se personaliza, el secretario José Antonio Meade.

 

Lo han dejado solo.

 

Nadie sale a explicar cómo todo surgió de un acuerdo interpartidista incubado en el Pacto por México en diciembre de 2012 y formalizado un año después.

 

Tal vez algo debieran informar la Sener, de Pedro Joaquín Coldwell, o Pemex, de José Antonio González Anaya.

 

A falta de opiniones distintas –la asunción de responsabilidades es otra cosa–, los ajustes son acreditados a Meade y sobre él van las protestas y ahora hasta los gobernadores.

 

Éstos, al mando de Graco Ramírez, han concertado una entrevista para el lunes 9 de enero y no será un encuentro sencillo, de amigos.

 

Panistas y perredistas quieren sangre para sacar raja política y el objetivo es José Antonio Meade, a quien ven como seguro presidenciable y probable candidato del sistema para 2018.

 

De aquí al lunes próximo veremos muchas cosas: gobernadores dispuestos a protestar y hasta a sacrificar sus participaciones en aras de detener el impacto de las alzas.

 

Pocos constructivos como el poblano Rafael Moreno Valle, quien dialoga con los empresarios y ofrece incentivos si no impactan sus productos y transportes.

 

Los lobos acechan a Meade, cuando su promotor Luis Videgaray está en vías de la rehabilitación política para contener la amenaza Donald Trump.

 

TRUMP: del aguacate A San Luis Potosí

 

  1. A propósito, hay noticias por y contra México.

 

El 24 de noviembre anunciamos aquí: Primeras víctimas de Trump: aguacate y 200 millones de dólares.

 

Los pedidos de ese fruto mexicano no han sufrido merma, según reportan dirigentes de aguacateros y del Consejo Nacional Agropecuario, Adrián Iturbide y Benjamín Grayeb.

 

Así el día del Super Bowl se consumirán alrededor de 60 mil toneladas y los productores michoacanos recibirán más de 200 millones de dólares.

 

Pero vale una acotación:

 

De acuerdo con el titular de la Sagarpa, José Calzada, en la tajada participan con ventaja los distribuidores del lado estadunidense.

 

Y en tanto ese beneficio sea para ellos, las políticas restrictivas de Donald Trump no serán tan dañinas.

 

  1. Hoy, el problema es para San Luis Potosí, pues Trump frenó una inversión de mil 600 millones de dólares en ese estado.

 

La trasnacional, informó ayer el gobernador Juan Manuel Carreras, reintegrará lo invertido por el estado para facilitar la planta y se buscará compensar con nuevas inversiones.

 

De momento siguen los proyectos de BMW y Goodyear Oxo.