Está en un error si usted cree casi acabado el proceso electoral.

 

Termina una fase pero, como nunca antes, el país se encamina hacia un pleito postelectoral de imprevisibles consecuencias.

 

La judicialización de los resultados.

 

Nos causarán risa las dos elecciones anuladas, las de Manuel Andrade en Tabasco y de Gustavo Montes en Colima, ambos priistas y prácticamente por la misma causa: injerencia de sus antecesores e impulsores, Roberto Madrazo y Fernando Moreno.

 

Lo saben en el Tribunal Electoral de Constancio Carrasco, donde seguramente terminarán las impugnaciones de los perdedores en la mayoría de los nueve estados donde se renovarán las gubernaturas.

 

Si las encuestas se cumplen el domingo próximo, solamente dos entidades estarían a salvo de ese conflicto.

 

La más clara sería Campeche, donde Alejandro Moreno Cárdenas, del PRI, está muy distanciado del resto de sus opositores y se ha llevado la campaña de principio a fin.

 

Menor ventaja tiene en Baja California Sur Carlos Mendoza, del PAN, frente al senador tricolor Ricardo Barroso, quien ha mejorado sus números pero su esfuerzo no le garantiza el triunfo.

 

 

SIETE ESTADOS EN RIESGO DE ANULACIÓN

 

En las demás entidades la contienda es intensa.

 

En la mayoría los pronósticos hablan de números cerrados, inferiores al 5% necesario para impulsar al perdedor a llevar su caso a tribunales por varias razones, en especial excesos en el gasto de campaña.

 

Hay lugares donde algunos encuestadores dan ventaja a tal o cual candidato, aunque no hay coincidencia con los demás estudios demoscópicos.

 

Es el caso de San Luis Potosí, donde Consulta Mitofsky coloca al priista Juan Manuel Carreras con más de siete puntos sobre la panista Sonia Mendoza.

 

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Tal vez sea verdad porque, en la desesperación, Mendoza ha enfocado sus ataques contra el gobernador Fernando Toranzo, quien por cierto garantizó el triunfo de su delfín al presidente Enrique Peña y al dirigente del PRI, César Camacho.

 

En Sonora hay datos cruzados.

 

Los sondeos del PRI le conceden ventaja de cuatro a seis puntos a su candidata Claudia Pavlovich, pero el mandatario panista Guillermo Padrés opera abiertamente por Javier Gándara para no dejar llegar a la senadora y así eludir la cárcel.

 

En Colima el panista Jorge Luis Preciado logró descontar la gran desventaja con la cual inició la campaña ante el priista Ignacio Peralta y es pronóstico de conflicto postelectoral.

 

Michoacán dejó de estar sellado para el perredista Silvano Aureoles porque el priista José Ascención Orihuela tiene posibilidades reales de victoria y arrastra el llamado voto útil de panistas y apartidistas.

 

Pero si uno u otro no gana con holgura, los tribunales tendrán la decisión.

 

ASTUDILLO REMONTA Y EGIDIO SE ALEGRA

 

1.- Luis Walton cumplió su palabra.

 

–Seré candidato a gobernador y estaré en la boleta. No declinaré jamás –me dijo antes de dejar la alcaldía de Acapulco.

 

Todavía en horas pasadas los perredistas buscaban el retiro de Walton o del panista Jorge Camacho para fortalecer a Beatriz Mojica.

 

Resultado: la firma Parametría, de Francisco Abundis, concede al priista Héctor Astudillo siete puntos de ventaja: 40 puntos contra 33 de Mojica.

 

2.- También llama la atención Tamaulipas.

 

En ese estado víctima de la violencia el PRI domina las preferencias en los ocho distritos con ventajas hasta de 25 puntos.

 

Buen pronóstico para el gobernador Egidio Torre Cantú.

 

Y 3.- el gobierno del jalisciense Aristóteles Sandoval comenzó a trabajar ayer con una agencia de las Naciones Unidas (UNOPS) para vigilar la transparencia y prácticas correctas en las licitaciones.

 

Comienza con la licitación de la ampliación y modernización de la Línea 1 del Tren Eléctrico Urbano.