Arturo Salcido Beltrán o Raúl González Apaolaza.
Raúl González Apaolaza o Arturo Salcido Beltrán.
Uno u otro.
Hasta anoche, al momento de redactar esta columna, no había claridad sobre cuál de los dos sería el designado, pero son los finalistas para dirigir el IPN.
Han dejado atrás al menos a una veintena de aspirantes.
Y cualquiera de ellos se encontrará con un Politécnico en desgracia.
Algunos datos:
Diariamente se pierden 50 millones de pesos en pago de nómina: más de tres mil millones a la fecha.
Sólo en salarios.
El dinero es importante, pero más el perjuicio a una generación.
Como el semestre se ha ido, dejarán de egresar alrededor de 10 mil profesionistas del principal plantel de formación técnica del país.
Profesionales, conste, no técnicos como pretendía la defenestrada Yoloxóchitl Bustamante con su abortada reforma académica, origen de conflictos, marchas, incertidumbres y daños para México.
Y si el paro se prolonga, los daños pueden crecer al infinito.
UN COMPENDIO DE 50 AÑOS DE LUCHA
Más allá de las cifras, hay despropósitos imperdonables.
Como discutir el presupuesto en ciencia y tecnología, facultad exclusiva de la Cámara de Diputados y por ende ajena al Poder Ejecutivo, no se diga a los negociadores de la SEP.
Los estudiantes pretendían instaurar una república politécnica por encima de la República Mexicana con todo y sus poderes, instituciones y leyes.
No exageran, en cambio, cuando piden investigar y juzgar los excesos de los últimos directores del Instituto –Diódoro Guerra, Enrique Villa, Yoloxóchitl Bustamante-, quienes se daban vida de rey y viajaban con comitivas de jeques.
Quizá de esas sanciones emergería un Politécnico robustecido como rector de la educación técnica y nunca más en manos de corrientes o grupos por poderosos que sean.
Tampoco puede descontextualizarse el movimiento estudiantil.
De alguna manera sus principales demandas son un compendio de los planteamientos surgidos durante décadas -tal vez medio siglo- por la educación en México.
Los jóvenes sabrán si su triunfo actual lo aprovechan al máximo o lo desbarrancan con posturas radicales para encabezar un movimiento socialista.
Enfrente han encontrado un gobierno negociador y conciliador.
Lo confirmaron cuando el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, salió a Bucareli en mangas de camisa y de entrada les concedió las principales peticiones.
Y lo ratificó la delegación del titular de la SEP, Emilio Chuayffet, al acudir a espacios politécnicos en busca de un arreglo de fondo y definitivo.
Ya lo tienen a la mano.
De ellos depende consumar una reforma profunda no nada más del IPN como rector de la enseñanza técnica, sino de la educación del país.
REUNIFICACIÓN EN MARCHA DE LA CNC
1.- A fines de 2002 una corriente de la Confederación Nacional Campesina se opuso a la perpetuación del oaxaqueño Heladio Ramírez López.
Nabor Ojeda, secretario de Organización, desconoció la reelección y de inmediato llegó Ramírez López y encaró a su adversario:
-Conmigo no juegas, Nabor -le dijo, y soltó a sus golpeadores y lo sacó junto con su gente.
Luego vino un pleito legal y Ojeda ganó la titularidad en tribunales, pero jamás le fue entregada la central.
Ayer el nuevo dirigente, el nayarita Manuel Cota, cumplió su promesa de buscar la reunificación y llamó a Ojeda e integró una Comisión de Unidad Campesina.
La preside precisamente Ojeda y participarán en ella Rosalba Buenrostro, Javier Michel y Carlos Serafín.
-Nunca debieron irse -dijo Cota, pero luego rectificó: -nunca se han ido.
Y 2.- el buen uso del presupuesto de 2015 es condición para impulsar el crecimiento equitativo y con justicia, como claman los mexicanos, afirmó ayer Manlio Fabio Beltrones.
Tiene recursos suficientes etiquetados para el desarrollo social y obras de infraestructura “sin dejar de lado los rubros de seguridad, educación y salud”.