Por razones personales me niego a llamarle conflicto de Ayotzinapa.

 

Y menos mártires de Ayotzinapa, como aluden algunos.

 

Para mí el ataque, el crimen directo de seis, el secuestro de 43 estudiantes, la desaparición y posterior ejecución de ellos se dio en Iguala, a muchos kilómetros de la normal y donde no debían estar como becarios.

 

Pero al margen de consideraciones propias, vale la pena alguna información.

 

Desde la mañana del sábado 27 de septiembre los cuerpos de inteligencia del país disponían de información del conflicto, mientras el gobernador Ángel Aguirre se comunicaba con José Luis Abarca para escuchar una respuesta única del alcalde:

 

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–Yo sólo les dije que no los dejaran llegar al acto –donde él y su esposa María de los Ángeles Pineda iniciaban campañas, ella para edil y él para diputado federal.

 

El domingo se tenía claridad y un alto funcionario propuso llevar al presidente a Iguala a una reunión con los familiares.

 

Él solito con ellos.

 

Había un argumento perfecto:

 

Enrique Peña Nieto tenía programada para el lunes 29 una visita a Guerrero a fin de entregar viviendas a damnificados de las tormentas Ingrid y Manuel en el poblado de El Capricho, ceremonia organizada por el titular de Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín.

 

FALLIDA DETENCIÓN DE ABARCA Y SU OPERADOR

 

El planteamiento parecía perfecto:

 

Si la ceremonia en El Capricho iba a las once, el Estado Mayor Presidencial organizaría la visita de Enrique Peña Nieto a Iguala para las nueve horas sin presencia de ningún funcionario local.

 

El gobernador Ángel Aguirre sería citado en la sierra y, dado su miedo a viajar en helicópteros y aviones, no tendría tiempo de desplazarse hacia Iguala.

 

Además, estaba confirmada la participación del alcalde José Luis Abarca y el jefe de la policía, el prófugo Felipe Flores Velázquez, tanto en el ataque como en el secuestro.

 

Si les daba por aparecer en la reunión, en ese momento el presidente Peña Nieto podría ordenar la atracción a la PGR y en ese momento Jesús Murillo estaría en posibilidad de detenerlos en su calidad de Ministerio Público.

 

Total, el domingo 28 se hicieron todos los preparativos y el lunes estaba listo el escenario para el viaje presidencial.

 

No se sabe quién recomendó lo contrario.

 

El resultado está a la vista: la gira del lunes 29 a Guerrero fue suspendida y no hubo ni lo uno ni lo otro, ni reunión con familiares de estudiantes ni entrega de viviendas por Peña Nieto.

 

Pero hay más sobre esta historia.

 

O mejor dicho, sobre los datos disponibles en los cuerpos de inteligencia.

 

Volveremos.

 

NUEVO CANAL AL SISTEMA DE MEDIOS DE ESTADO

 

Quizá sin proponérselo las panistas y priistas frenaron al ex perredista Alejandro Encinas.

 

El senador, con la representación del PRD, presidía la Comisión Bicamaral del Canal del Congreso.

 

Un canal acéfalo porque tiempo atrás su directora Leticia Salas prefirió irse al Ifetel y quedó de encargado David Ascencio Ruiz.

 

Encinas impulsó un proyecto de convocatoria para designar nuevo director pero quedó en eso.

 

El lunes la Comisión fue transferida a la Cámara de Diputados y quedó en manos de la hidalguense Martha Gutiérrez Manrique, quien tiene como primera misión aprobar la convocatoria y conducir el proceso de elección del sucesor de Ascencio Ruiz.

 

Pero hay un problema transitorio: el PAN no tiene representante por la licencia de Maximiliano Cortázar, flamante vocero del gobernador poblano Rafael Moreno Valle.

 

Seguramente Ricardo Anaya actuará pronto y luego vendrá el proceso de designación y por fin la incorporación del Canal del Congreso al sistema de medios del Estado.

 

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