Lo anunciamos aquí el 22 de junio:

 

–Proyectan reducir 15% las participaciones a los estados para 2016.

 

A esa primicia siguió el anuncio de la Secretaría de Hacienda:

 

–Se reducirán 22.4% los mil 97 programas federales.

 

Doscientos treinta y seis programas menos.

 

El secretario Luis Videgaray salió ayer a intentar matizar la noticia de este achicamiento con una declaración amable:

 

–No le toca a los ciudadanos ni a las empresas. Le toca al gobierno apretarse el cinturón y la idea es que este ajuste se haga de manera inteligente, eficiente y que el gasto público se ejerza mejor.

 

Al margen del discurso oficial, aquí va otra primicia:

 

Los gobernadores de varios estados ya comenzaron a cruzar información sobre cómo les afectará el llamado Presupuesto Base Cero (PBC) y están sumamente preocupados y, peor aún, molestos y dispuestos a discutir cómo actuar para manifestar su molestia en contra del gobierno federal y en especial con el secretario Videgaray.

 

–Al menos 15% de las participaciones y 236 programas fundamentales.

 

No están dispuestos a aceptar el argumento que ya circula en la Conago:

 

–La reducción de los ingresos petroleros obliga a afectar las finanzas de los 31 estados y el Distrito Federal.

 

 

EL RIESGO DE PERDER NUEVE ESTADOS PRIISTAS

 

Es muy temprano para adelantar una estrategia.

 

Sin embargo, hay síntomas preocupantes para el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

En 2016 habrá elecciones en 12 estados de la república: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.

 

En condiciones normales sería una jornada electoral ordinaria.

 

Sin embargo, nueve de esas entidades tienen gobernadores priistas: Carlos Lozano, Jorge Herrera, Francisco Olvera, Mariano González, Roberto Borge, Egidio Torre, Javier Duarte y Miguel Alonso Reyes.

 

malova

 

Los otros tres están al mando gracias a aquella fiebre aliancista de 2010: Rafael Moreno Valle en Puebla, Gabino Cué en Oaxaca y Mario López Valdés en Sinaloa.

 

La pregunta es:

 

¿Cómo van a actuar los mandatarios priistas cuando no tengan recursos y deban sacar las elecciones?

 

No hablamos de desvío de recursos públicos para financiar las campañas de los candidatos del PRI –gobernador, presidentes municipales y diputados locales–, sino de la suspensión de programas fundamentales para grupos desvalidos, la falta de obras y la suspensión de proyectos prometidos.

 

Si panistas y perredistas ya negocian candidaturas comunes para retener Oaxaca, Puebla y Sinaloa, la recuperación de esos estados por parte del PRI se ve muy lejana.

 

Y de los nueve restantes, varios podrían irse a la oposición.

 

Un dato con inevitables repercusiones en las elecciones federales de 2018, cuando se renovarán la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión.

 

De ese calibre es el efecto de reducir el presupuesto: 15% en participaciones a estados y 236 programas.

 

EL MAGISTERIO PROTESTA SIN APOYO DE LA CNTE

 

1.- Las alarmas se encendieron a partir de Durango.

 

Un estado donde no hay arraigo de la CNTE, los maestros de las secciones 14 y 44 del SNTE llenaron la plaza contra la Ley General de Educación y la evaluación magisterial.

 

¿Lo organizaron los líderes seccionales José Hilario Ruiz Estrada y Clara Eugenia Gurrola Zamora?

Tal vez no.

 

Va un dato: los maestros acudieron a protestar ante a la sede de la Sección 44 y su dirigente Clara Eugenia Gurrola Zamora huyó para no enfrentar a los inconformes.

 

Y 2.- desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) se pretende cambiar la situación de niños y adolescentes.

 

Los diputados Manuel Granados y Dinorah Pizano presentaron una iniciativa para modificar la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a fin de armonizar la protección integral de ese sector de la sociedad.