VIENA. “Espiar entre amigos no está bien.” La célebre frase que pronunció Angela Merkel cuando, en octubre de 2013, los documentos filtrados por el ex analista de la CIA y la NSA Edward Snowden revelaron que Estados Unidos espiaba a Alemania –hasta el teléfono celular de la canciller alemana– ahora se vuelve contra ella.

 

Nuevas revelaciones de espionaje practicado por los servicios de inteligencia alemanes y estadunidenses llevaron al Ministerio del Interior de Austria ha presentar ante la Justicia del país una denuncia “contra desconocido” por supuesta intromisión.

 

Así lo confirmó a la agencia de noticias APA la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, quien precisó que la denuncia se basa en el párrafo 256 del Código Penal austríaco relativo a “servicios de inteligencias secretos en detrimento de Austria”.

 

La ministra exigió un “esclarecimiento completo” de lo sucedido y destacó que lo quiere lograr por vía diplomática y jurídica.

 

Según informaciones difundidas por varios medios de comunicación alemanes, los servicios secretos de EU (NSA) emplearon un centro de inteligencia germano para espiar desde allí a otros países, como Francia y Austria y a organismos como la Comisión Europea.

 

Por encargo de la NSA, el BND alemán habría buscado hasta agosto de 2013 conceptos como “gov”, “diplo” o “Bundesamt” (oficina federal) en las direcciones de correo electrónico de políticos y ministerios europeos y en instituciones comunitarias.

 

Según afirmó la semana pasada el semanario Der Spiegel, el BND detectó y borró 12 mil capturas de datos realizadas por la NSA con direcciones de correo electrónico y otros datos presuntamente destinados a espiar a miembros de gobiernos y diplomáticos europeos.

 

Los datos fueron detectados en el curso de una gran operación de búsqueda realizada en la central de escuchas de Bad Aibling (Baviera, en el sur de Alemania), en medio del escándalo por las actividades del espionaje estadounidense contra gobiernos aliados y millones de ciudadanos comunes de esos países.

 

Francia aprueba controvertida ley de espionaje

 

El primer ministro francés, Manuel Valls, se apuntó un tanto al lograr un amplio respaldo de los diputados a su proyecto de ley de espionaje que refuerza la escucha telefónica y por internet, que considera necesarios para luchar contra el terrorismo pero que han levantado una gran controversia.

 

“Ahora tenemos una legislación a la altura de lo que somos: una gran democracia y un Estado de derecho capaz de afrontar las amenazas que cuestionan nuestras libertades fundamentales”, dijo el premier.

 

Unas críticas que volvieron a escucharse en el hemiciclo en boca de los parlamentarios que consideran que la nueva ley debilita el control del espionaje y genera el riesgo de crear “una policía política”.

 

La ley otorga al primer ministro un mayor poder para decidir sobre el espionaje de personas, tanto telefónico como a través de internet. También autoriza el uso de micrófonos escondidos, cámaras ocultas y programas espía, así como la posibilidad de reclamar datos a las operadoras de internet para analizar el flujo de tráfico que permita detectar una amenaza terrorista.