Mientras observa su hogar destruido, Luis de León, de 65 años, aprieta uno de los puños de su mano con impotencia. Las paredes de adobe de su humilde casa cedieron tras el terremoto que la noche del jueves tuvo en Guatemala una magnitud de 7,7 en la escala de Richter.

 

Sus escasas pertenencias fueron enterradas por una nube de polvo al igual que las de decenas de sus vecinos.

 

“Acá tenía todo, espero que el Gobierno me ayude a reconstruir mi casa, ahora no tengo a dónde ir”, dijo el anciano a Efe, frente a los escombros de lo que era su vivienda en el municipio fronterizo de Tacaná, San Marcos, ubicado a pocos kilómetros de México, donde el terremoto tuvo su epicentro con una magnitud de 8,2.

 

La municipalidad de Tacaná informó que más de 254 casas están en riesgo, 8 en alto riesgo, 20 con daños leves, 44 moderados y 182 severos.

 

Muchos otros están agradecidos de sobrevivir al terremoto de la noche del jueves. “Dormía junto a mi hija de dos años en un segundo nivel, cuando sentimos la sacudida apenas me dio tiempo de agarrarla y salir, cuando amaneció me di cuenta de que mi casa se había hundido 10 centímetros”, indicó Carmen, de 32 años.

 

Decenas de camiones comenzaron a trabajar para limpiar deslizamientos en las entradas del municipio y sacar ladrillos y tejas de las calles.
“No me despertó el temblor, me despertó el ruido del muro de la escuela que tengo frente a mi casa cuando cayó”, relató Mauro González, un agricultor de 60 años que aún temblaba varias horas después del terremoto al recordar ese momento.

 

La iglesia católica de Tacaná fue una de las infraestructuras más afectadas. El sacerdote italiano Ángelo Espósito informó que el atrio, algunas imágenes y la sede de la radio que funcionaba dentro de las instalaciones fueron dañadas gravemente.

 

A unas cuadras dos ancianas sentadas sobre los escombros de su casa juegan con sus nietos, mientras esperan que alguien llegue a preguntar qué necesitan.

 

“Estamos esperando a que nos digan qué hacer, mientras tanto vamos a esperar en nuestras casas”, replicó una de las mujeres mientras movía ladrillos para buscar un juguete para entretener a su nieta.

 

El fuerte sismo dejó en Guatemala al menos cuatro heridos y más de 3.680 afectados, mientras que en el sur de México los muertos suman al menos 50.

 

JJB