Suspender el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como ha amenazado hacer el presidente electo estadounidense., Donald Trump, es un “perder-perder” no solo para México sino también para Estados Unidos, dijo hoy la Cámara Americana de Comercio en el país latinoamericano.

 

Con motivo de la inauguración de las nuevas instalaciones de la institución, que tiene 99 años de vida en México, el presidente de la cámara de empresarios estadounidenses, José María Zas, indicó a la prensa que “se ha puesto mucho énfasis en los beneficios que ha recibido México” del tratado, pero “muy poco” a la inversa.

 

Poner aranceles a México “sería posible, pero eso va a generar un gran incremento de precios en Estados Unidos”, el principal consumidor de las exportaciones mexicanas, el 80 % de las cuales tiene como destino el vecino del norte.

 

“No creo que ningún Gobierno quiera arrancar así”, porque “afectaría básicamente al consumidor americano”, subrayó Zas, que apeló a la “racionalidad” y el pragmatismo de Trump una vez llegue a la Casa Blanca como buen “hombre de negocios exitoso” que es.

 

Recordó que el presidente electo ha dado en los últimos días “señales mucho más moderadas” respecto a lo que decía en campaña y dijo que los empresarios estadounidenses son cautelosos respecto al futuro, pero no catastrofistas.

 

“No estamos alarmados ni paralizados”, indicó el titular de la cámara, que está poniendo en marcha “un plan de trabajo para alinear esfuerzos” con Washington y que espera “cumplir un rol muy positivo” en “los nuevos tiempos” de la relación bilateral.

 

En el caso de la industria automotriz, en la que grandes compañías estadounidenses como Ford y General Motors tienen inversiones en tierras mexicanas, advirtió que si alguna de sus plantas “se va de México, no va a EE.UU.”, sino “a otro país.

 

“Es lo qué pasa en el mundo. En este mundo global para competir hay que ser eficiente. No creemos ni vemos una crisis”, añadió, aunque se mostró partidario de “modernizar” el TLCAN, como ha aceptado hacer el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en alguna ocasión.

 

Recordó que desde la entrada en vigor del tratado (1994), del que forma parte también Canadá, “pasaron 22 años y en ese tiempo cambió el mundo” y hay aspectos del acuerdo que “se pueden mejorar”.

 

Explicó que “de los 25.000 millones de dólares de inversión” estadounidense anual en México, “las empresas de la cámara representan más del 70 %”, pero estas inversiones “son de largo plazo” y no se van a ir por la situación de incertidumbre actual.

 

Además, en “entre diez y quince estados, el 40 por ciento de su PIB viene de exportaciones para México” y “hay entre seis y ocho millones de puestos de trabajo que integran ese 40 %” y “son mano de obra de mexicanos en Estados Unidos”, añadió.

 

Por eso, remarcó que suspender el TLCAN significaría un “perder-perder” para ambas naciones.