Al cierre de 2016, el país cuenta ya con cuatro mil 600 kilómetros de autopistas y carreteras federales (31% más de los tres mil 185 kilómetros que mide la frontera con Estados Unidos), y casi 30 mil kilómetros de caminos alimentadores construidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
El reto en los próximos dos años es cumplir con el objetivo de la hoja de ruta diseñada al principio de la administración: dotar a México de la infraestructura necesaria que le dé movilidad y lo conecte por aire, mar y tierra para enlazar a los centros industriales con los mercados nacionales e internacionales, de manera rápida, segura y al menor costo posible.
Entre los pendientes están el Tren Interurbano México-Toluca, el eléctrico de Guadalajara, 18 nuevas autopistas que se sumarán a las 34 ya construidas, 23 carreteras federales de las 80 programadas, seis accesos a la Zona Metropolitana del Valle de México, dos pistas y una torre de control para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Además, aumentar a 520 toneladas la capacidad operativa de los puertos, ofrecer a 30% de la población servicios de Internet y telefonía móvil mediante la Red Compartida, y alcanzar la cifra de 130 mil sitios públicos conectados mediante telecomunicaciones.
Las asociaciones público-privadas permitirán enfrentar las restricciones financieras y los posibles aumentos en los costos de materiales de construcción.