Marrakech, Marruecos. El Real Madrid impuso la diferencia de calidad ante el Cruz Azul, que se topó con Iker Casillas cuando pudo meterse en un duelo desigual, en el que el conjunto español exhibió su momento estelar para golear sin paliativos (0-4) y acceder a la final del Mundial de Clubes.

 

Se volvió a ver la mejor versión del capitán blanco, que firmó dos paradas salvadoras cuando muchos ya le habían jubilado. La pegada madridista hizo el resto.

 

El desgaste físico de La Máquina en los cuartos de final estaba en la cabeza de sus futbolistas. El físico debería igualar la distancia en futbol con el Real Madrid, pero los cambios de Luis Fernando Tena no fueron suficientes para poner freno a un campeón de Europa lanzado.

 

Se cumplía el tercer minuto cuando un centro de Carvajal lo cedía de cabeza atrás Benzema y, con todo a favor para marcar, el portugués disparó a bocajarro para quedarse incrédulo ante la reacción repleta de reflejos de José Corona.

 

Sergio Ramos rompió el partido con un nuevo cabezazo. El centro perfecto de Kroos lo remachó con la frente el defensa internacional español. Nuevamente decisivo para clavar la primera anotación.

 

Poco después llegó el segundo tanto. Primero la tuvo Kroos, con un disparo cómodo desde la frontal del área que sacó el portero mexicano y, tras una volea de Benzema, no perdonó su segunda opción.

 

Los mexicanos pudieron acercarse después de que Pavone, “perro viejo” en el área, ganó la posición a Ramos y, cuando éste reaccionó, un brazo suyo sobre el hombro del rival fue interpretado como penalti por el chileno Enrique Osses.

 

El disparo de Torrado, autor de dos tantos de penalti en cuartos de final, lo adivinó Casillas, que voló como hiciera ante Verza el pasado viernes, frente al Almería en la Liga, para salvar su segundo penalti consecutivo.

 

En la reanudación, el Real Madrid no concedió oportunidades al Cruz Azul. El conjunto mexicano buscaba salir con todo corazón, adelantaba líneas y le ponía en bandeja a los de Ancelotti una de sus armas preferidas: el contraataque. Así Benzema encontró la velocidad de Cristiano, que con un preciso centro al segundo palo asistió a Bale, que remachó el tercero.

 

Cómodo en el terreno de juego, con el total apoyo del público marroquí, el Real Madrid pudo pensar en la final mientras el Cruz Azul tiraba de su orgullo para caer de pie.

 

Cristiano lo intentó de “rabona” en otro contragolpe, pero como el gol se le negaba decidió dar su segunda asistencia. Fue a Isco, en ese tipo de acciones en las que se disfraza de Emilio Butragueño. Fue como si parara el tiempo con un recorte dentro del área y ajustó su disparo a un poste, inalcanzable para Corona.

 

El Real Madrid cumplió con eficacia su objetivo. El broche de oro a su brillante 2014 ya está en su mano. Espera rival en la final.