El músico británico Sting ofreció este miércoles una presentación impecable en el Auditorio Nacional de Ciudad de México en la que no faltaron canciones de The Police y recordó a los desaparecidos de Ayotzinapa.

 

Fue sobre el final del concierto cuando Sting salió con una guitarra acústica para entonar la canción “Fragile”, en la que portó una camiseta blanca que tenía impresos “Ayotzinapa” y fotografías de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, en septiembre de 2014.

 

Synchronicity II” y “Spirits in the material world“, temas de su exbanda, fueron los elegidos por el músico de 65 años para abrir el concierto que inició a las 21.30 hora local.

 

Antes, su hijo Joe Sumner y el grupo “Last Bandoleros” se encargaron de abrir el concierto que convocó a 10.000 personas.

 

Sumner fue invitado por su padre a interpretar la canción “Ashes to ashes“, con la que le rindieron tributo al fallecido David Bowie.

 

El concierto fue una mezcla perfecta de sus canciones como solista junto con algunas que compuso con The Police.

 

One fine day“, “She’s too good for me“, “Desert rose” y “Fields of gold” además de “English man in New York” fueron una muestra de la creatividad de Sting y de su maestría con el bajo.

 

Pero a pesar de que su repertorio en solitario es vasto, sus seguidores siempre van a sus conciertos para escuchar las canciones de The Police, a las cuales Sting les otorga un lugar especial.

 

Además de las dos primeras canciones, en su presentación se escucharon “Every little thing she does is magic“, “Message in a bottle“, “Walking on the moon” y “Roxanne“, que fue las más coreada y la más aplaudida y tampoco faltó “Every breath you take“.

 

El concierto forma parte de cuatro que ofrecerá en este país, miércoles y jueves en la Ciudad de México y sábado y domingo en Monterrey y Guadalajara, los cuales forma parte de la gira “57th & 9th Tour”, título de su más reciente disco.

 

Tras su paso por México, la gira de Sting continuará por Asia con fechas en Singapur, Corea del Sur, Hong Kong y Japón.

 

 

jram