Es difícil imaginar el sentimiento de Enrique Ochoa Reza.

 

Enviado por el presidente Enrique Peña Nieto a transformar al PRI, se ha encontrado un cúmulo de quejas en contra de su jefe y amigo.

 

Gran amigo, debe aclararse, porque siempre ha tenido línea directa a Los Pinos y dos de los principales colaboradores del primer mandatario: Luis Videgaray y Aurelio Nuño.

 

Bien lo sabe Pedro Joaquín Coldwell:

 

Como subsecretario de Hidrocarburos, en teoría con Joaquín Coldwell como jefe, todos los acuerdos los tomaba en la Residencia presidencial con cualquiera de sus tres amigos.

 

Y no se diga como director de la CFE, desde cuyo cargo dialogaba constantemente con el presidente Peña Nieto tanto en público como en privado.

 

Estaba en ese puesto y con esas sobresalientes deferencias cuando la gran sacudida al PRI con la derrota en siete gubernaturas y la decorosa renuncia de Manlio Fabio Beltrones.

 

Fracasos no sin duda de sospecha.

Los delegados sirvieron a la oposición

 

El primer ejercicio para la renovación ha sido de acercamiento.

 

Enrique Ochoa Reza se reúne en privado con dirigentes de centrales y de organizaciones, legisladores, gobernadores y ex de todos los cargos para pulsar sus opiniones.

 

Nada favorables, por cierto.

 

Una queja constante ha sido la operación facciosa de muchos funcionarios del Gobierno federal, de manera sobresaliente de los delegados en los estados de prácticamente todas las dependencias.

 

A lo largo del sexenio, pero sobre todo en las campañas electorales pasadas, refieren, fueron inútiles los esfuerzos de gestión de directivos y candidatos para llevar recursos a la ciudadanía.

 

-Servían al PAN y al PRD. Nosotros teníamos más apoyo con los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, que eran panistas. Hemos perdido poder de intervención y por eso la gente nos ha vuelto la espalda –es una expresión constante.

 

También se da una explicación:

 

Los dos gobiernos panistas establecieron el servicio civil de carrera y con la designación de militantes aseguraron los mandos medios del gobierno y el control de los programas asistenciales.

Renovación de todas las estructuras

 

– Enrique Ochoa Reza seguirá con sus reuniones y pronto vendrá un alud de cambios.

 

Modificará todo el Comité Ejecutivo Nacional, el Consejo Político, los comités estatales y los municipales.

 

Toda la estructura, pues, porque se encontró una perla: más de la mitad de los dirigentes estatales ya cumplieron su período estatutario, pero se han enquistado con sus intereses, sus mañas, a menudo malos manejos y sobre todo simulación de trabajo partidista.

 

Antes de concluir el año deberá quedar culminada esta renovación integral con una característica: la incorporación de cuadros jóvenes, aunque muchos de ellos no tengan carrera partidista.

 

-A ver qué resulta –le dijo la ex diputada oaxaqueña Margarita Ligorio.

 

– La buena relación del gobernador Rafael Moreno Valle y su aliado el Panal está a la vista.

 

El mandatario designó secretario de Desarrollo Social al dirigente Gerardo Islas, y por prelación ascendió a Roberto Villarreal Vaylón.