El Capitán o Solovino, un perro criollo, estaba a punto de ser sacrificado en el Centro de Control Canino y Fauna Nociva en Iztapalapa, sin embargo obtuvo, a través de un amparo, suspensión provisional del acto reclamado.

 

La demanda 414/2015 fue promovida por Mónica Pineda, representante legal de la organización Gente por la Defensa Animal, A.C, quien ganó la suspensión provisional del sacrificio de Solovino.

 

Este es uno de los primeros amparos que se promueven, y al que un juez de Distrito da entrada luego de las reformas al Código Penal capitalino, con base a los delitos cometidos por actos de maltrato o crueldad en contra de seres vivos no humanos.

 

Y es que el pasado 13 de abril, El Capitán mordió a una niña de cinco años que vive en la Unidad Genaro Estrada, colonia Jacarandas, en la delegación Iztapalapa.

 

A decir de la activista, un grupo de niños se encontraba jugando en torno al perro, cuando uno de ellos le jaló la cola, y por instinto el animal volteó y soltó una mordida alcanzando a la pequeña.

 

Por ello, los padres de familia de la menor herida presentaron una denuncia ante la agencia del Ministerio Público de Iztapalapa-6 donde se inició la averiguación previa CI-FIZ/IZP-5/UI-2 S/D/00045/04-2015, en contra de quien resulte responsable por las lesiones que sufrió la menor.

 

Mientras tanto, El Capitán fue llevado a instalaciones del Centro de Control Canino y Fauna Nociva en Iztapalapa, donde pasó los últimos 20 días en una jaula de tres por cuatro metros cuadrados, misma que comparte con otros animales.

 

Si bien, los vecinos de la colonia están conscientes que el animal lastimó a la niña, reunieron 100 firmas que fueron anexadas a diversas peticiones que han hecho al Centro de Control y a la Agencia Ministerial para que entreguen al animal en adopción, pues ya encontraron una familia que se quiere hacer cargo de él.

 

Los vecinos manifestaron su apoyo al animal, aunque nadie se ha presentado como su dueño, pues hace unos meses llegó repentinamente a la unidad, y desde entonces ha sido de gran ayuda para resguardar la zona de posibles ladrones, además de ser una buena compañía para los niños que no lo agreden.

 

Sin embargo, dichas solicitudes fueron omitidas por las autoridades correspondientes, pues hay una averiguación previa vigente. Mientras no se determine al respecto, no se puede disponer la liberación del animal, que es quien infringió las lesiones a la menor.

 

Fue el pasado, 29 de abril cuando la GEPDA presentó la demanda de amparo, por la cual, el juez Cuarto de Distrito de Amparo Penal con sede en el DF les otorgó la suspensión provisional.

 

“El cumplimiento que se pretende dar a la orden de resguardo mencionada en el inciso anterior así como el posible sacrificio del perro aludido, y a su vez la falta de respuesta a la solicitud realizada por mi representada…”, dice la notificación del Juzgado, publicada el cuatro de mayo.