El avión Solar Impulse II completó su vuelta al mundo a un año y cuatro meses de su partida, movido exclusivamente por energía solar.

 

Completó una travesía de 40 mil kilómetros, en 17 vuelos, para lo que requirió más de 500 horas de vuelo sobre el mar de Arabia, India, Myanmar, China, los océanos Pacífico y Atlántico, Estados Unidos, el sur de Europa y el norte de África.

 

Pilotado por Bertrand Piccard la nave arribó a Abu Dhabi, en la última etapa de su viaje, de donde partió el 9 de marzo del año pasado.

 

“El futuro es limpio. El futuro es de ustedes. El futuro es ahora. Llevémoslo más allá”, declaró Piccard emocionado.

 

Recibido en la escalerilla del avión por Borschberg, Oiccard agregó que la vuelta al mundo realizada por el avión solar suponía “no un logro en la historia de la aviación, sino en la historia de la energía”.

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“Hemos recorrido 40 mil kilómetros sin combustible”, dijo el piloto, antes de subrayar que no se puede aceptar un “mundo contaminado”.

 

Entre el sonido de las gaitas de la orquesta de Abu Dhabi, que recibió el Solar Impulse II a pie de pista, Borschberg destacó el reto de realizar la última etapa El Cario-Abu Dhabi con altas temperaturas, lo que obligó al equipo a “reajustar parte del equipo del avión” debido a la menor densidad del aire.

 

“Me siento realizado”, confesó Borschberg, antes de destacar entre las 17 etapas la travesía sobre el océano Pacífico como “el mayor reto” de la vuelta al mundo, debido a que fue “el periodo más largo volando”.

 

El Solar Impulse II  a una velocidad media es de 75 kilómetros por hora efectuó 17 escalas sin usar una gota de combustible.

 

El avión de fabricación suiza despegó el domingo de El Cairo, en su última etapa para regresar a Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde comenzó su periplo.

 

Si bien, no es el primer avión que depende de la energía solar, sí ha sido el único capaz de volar durante la noche con energía almacenada durante el día.