Boston. Celeste Corcoran fue una de las participantes de la edición 117 de la maratón de Boston, que debido al atentado sufrió lesiones que provocaron que le amputaran ambas piernas. Para este año no se dejó vencer, con la ayuda de su hermana Carmen Acabbo y su hija Sydney, quien también fue herida en la maratón, Celeste volvió a correr y cruzó la meta.

 

Adrianne Haslet-Davis fue otra de las participantes que sobrevivió al atentado y logró cruzar la meta este año. Ella, una bailarina profesional, perdió la parte baja de su pierna izquierda cuando una de las dos bombas explotó mientras miraba a los corredores que se encontraban en la línea final.

 

 

Decenas de miles de corredores y cerca de un millón de espectadores se echaron hoy a las calles de Boston para celebrar la 118 edición de la maratón de la ciudad, tan solo unos días después del aniversario de los atentados que en 2013 dejaron la línea de meta teñida de sangre.

 

Durante la remembranza, la ciudad se vistió de gala para homenajear a las víctimas así como a todos los que ayudaron en las labores de socorro, para recordar que Boston se ha recuperado de las heridas sufridas por el peor atentado acaecido en Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001.

 

El maratón de este año cuenta con más corredores que la anterior, en un alarde de valentía por parte de los atletas y que respalda el nuevo lema de la ciudad tras sufrir los ataques: “Boston Strong”, un “Boston Fuerte”. Por donde las bombas del año pasado dejaron tres muertos, más de 200 heridos, tristeza y dolor, hoy pasaron 9, 000 atletas más que en la edición anterior.

 

El corredor Meb Keflezighi, estadounidense de origen eritreo, ganó con un tiempo de dos horas, ocho minutos y 37 segundos. Desde 1983 no ganaba un atleta de Estados Unidos. Keflezighi, de 38 años, lideró la carrera en los últimos kilómetros y al final tuvo que zafarse de un ataque del keniano Wilson Chebet, quien terminó segundo a 11 segundos de diferencia.

 

En la categoría femenina, la victoria se la llevó la keniana Rita Jeptoo con un tiempo no oficial de dos horas, 18 minutos y 57 segundos. Es su tercera victoria en Boston, tras ser la primera en cruzar la línea de meta en 2006 y en 2013.

 

Unas horas antes, el sudafricano Ernst Van Dyk ganó la carrera para la categoría en silla de ruedas masculina, terminando en 1 hora veinte segundos, con lo que obtuvo su décimo título, mientras que la estadounidense Tatyana McFadden ganó su segunda carrera consecutiva en la misma disciplina para mujeres con un tiempo de 1 hora 35 segundos.

 

Bajo ese paraguas, la organización de la prueba aumentó el número de voluntarios de 8, 000 a 10, 000, mientras que la ciudad de Boston y el estado de Massachusetts duplicaron el número de agentes de policía y otras fuerzas de seguridad hasta los 3, 500 efectivos.

 

Mantener el espíritu abierto y festivo ha ido acompañado con los dispositivos de seguridad, que se ha extremado después de que el martes una persona con problemas mentales abandonara una mochila en la línea de meta coincidiendo con los actos conmemorativos. Hoy, en ese mismo punto y coincidiendo con la hora de la detonación desde los altavoces se pidió a los asistentes un minuto de silencio, seguido de una ovación por las víctimas.