Efectivamente, el empresario Carlos Slim no da paso sin huarache. Sus recientes inversiones en el fútbol mexicano y español son parte de la estrategia por hacerse de contenidos de alto impacto para sus plataformas de distribución ya disponibles y para las que, sabe, ya vienen, como la televisión digital terrestre y la televisión por internet que, a pesar de los pesares, son inminentes.

 

En esa tónica, ayer mismo anunció la puesta en marcha de Clarovideo en México, un servicio de video de paga bajo demanda que ya opera en Sudamérica y que aquí competirá con TotalMovie de Ricardo Salinas Pliego y Netflix.

 

Pero allí no está el “core-business”, sino en el agregado de contenidos que Slim ya posee para transmitir y explotar a través de sus extensas redes y bajo todas las plataformas disponibles. Con UnoTV, Ora.com, Canal52, Dish, DLA (una importante productora y distribuidora de canales y contenidos para televisión, música y cine en español que adquirió en una jugada estratégica frente al negocio de paga de Televisa) y, ahora, Clarovideo, Slim está listo para sacarle jugo a su enorme red continental a través de la venta de contenidos de todo tipo.

 

Con esto crece la presión en México para que se le autorice la transmisión de video a través de sus redes. Al tiempo.

 

SÍGALE LA PISTA…

 

  1. RENOVACIÓN.- Menudas bajas tiene el Banco de México en el alto nivel operativo. Hace no mucho se jubiló David Margolín Schabes, quien fuera director general de estrategias, riesgos y sistemas de pagos, y quien ya fue contratado por Guillermo Ortiz en el Grupo Financiero Banorte. La posición de Margolín en el banco central aún sigue vacante. Otro de los directores generales, Francisco Javier Duclaud -director general de operaciones de banca central- está enfermo y aunque se espera su reincorporación, su regreso al banco central está en duda. Pero además, José Quijano León, director general del sistema financiero, se jubilará en un horizonte relativamente cercano. Así que por lo visto el banco central, por una u otra razón, está frente a una fuerte renovación de sus cuadros de alta dirección.

 

  1. PAQUETOTE.- Como se lo digo. Quienes dieron la cara en este sexenio que termina en materia de telecomunicaciones no fueron los funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que aún encabeza Dionisio Pérez-Jácome, ni ningún otro organismo público. Fueron los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación quienes con sus resoluciones dieron algún impulso a un sector clave de la economía, pero lamentablemente empantanado en una suerte de intereses privados que el gobierno de Felipe Calderón no quiso desenredar. Aquello de las tres “C” -competencia, convergencia y cobertura- se quedó sólo para adornar el florido discurso presidencial pero además la inacción gubernamental tuvo mucho que ver con un secretario tibio y miedoso para un reto de ese tamaño. Y si no, ¿cuándo Pérez-Jácome dijo algo en serio acerca de la inminencia de la puesta en marcha de la televisión digital terrestre? El silencio fue la respuesta en éste y otros temas clave, de allí que nunca estuvo dispuesto a ser entrevistado a fondo.