SINGAPUR. Los singapurenses se despidieron este domingo de su antiguo líder Lee Kuan Yew con un elaborado cortejo fúnebre y un funeral de tres horas donde su hijo, el actual primer ministro, hizo un obituario del ex mandatario y declaró que el adinerado estado que ayudó a construir en el sureste asiático es su monumento.

 

Decenas de miles de personas salieron a las calles pese a las intensas lluvias para colocarse a lo largo de los 15 kilómetros de recorrido de la procesión y ver un siquiera un atisbo del cortejo. El ataúd de Lee, envuelto en la bandera roja y blanca de Singapur y protegido de la lluvia por una estructura de cristal, se colocó sobre un carro de armas que recorrería con paso solemne los hitos de la ciudad asiática, del parlamento a un centro cultural, donde se celebró el funeral de estado.

 

Tras el ataúd caminaban despacio el hijo de Lee, el actual primer ministro, Lee Hsien Loong, otros miembros de la familia y altos cargos del gobierno.

 

Singapore Lee Kuan Yew
Foto: AP

 

Por el camino, la gente coreaba el nombre del fallecido, hacía fotos con sus celulares y ondeaba banderas nacionales. Cuatro cañones hicieron una salva de 21 disparos, aviones de combate sobrevolaron la isla y uno se separó del grupo en una formación de “hombre desaparecido” mientras las patrulleras de la marina hacían sonar sus sirenas.

 

“A aquellos que busquen un monumento al señor Lee Kuan Yew, los singapurenses pueden responder con orgullo: ‘Mire a su alrededor”’, dijo Lee Hsien Loong en un funeral al que acudieron más de 2 mil personas, incluyendo estudiantes, la élite del país, líderes mundiales y realeza.

 

Singapore Lee Kuan Yew
Foto: AP

 

Durante un duelo nacional de una semana que comenzó el lunes tras la muerte de Lee a sus 91 años, cerca de 450 mil personas hicieron fila por horas para echar un vistazo al ataúd de Lee en el Parlamento. Un millón de personas visitaron sitios para honrarlo en centros comunitarios en toda la isla.

 

Las grandes muestras de emoción son algo poco habitual en Singapur. La isla estado tiene una dimensión en torno a cuatro veces más grande que Washington D.C. y es conocida como adinerado centro financiero y de comercio. Un estricto orden social rige la vida local, lo que implica la prohibición de mascar chicle y el castigo de golpes de vara para algunos delitos.

 

Singapore Lee Kuan Yew
Foto: AP

 

Lee fue el primer ministro de Singapur durante más de tres décadas, gobernando con puño de hierro hasta 1990, y los singapurenses le consideran el artífice de la prosperidad y armoniosas relaciones raciales del país. Pero su gobierno autoritario también dejó un legado de restricciones sobre la libertad de expresión, unos medios complacientes con el poder y una democracia incompleta.

 

“Lo hizo todo por nosotros singapurenses al margen de la raza, el idioma o la religión”, dijo Jennie Yeo, una maestra de 58 años que llegó a las 7 de la mañana para conseguir un puesto en primera fila con dos amigas. “Educación, vivienda, todo en lo puedas pensar, él se ocupó por nosotros”.

 

Líderes y dignatarios de más de dos decenas de países acudieron al funeral.

 

Singapore Lee Kuan Yew
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Esta semana se rindió un emocionado homenaje a Lee en una sesión especial del parlamento. Low Thia Khiang, líder de la diminuta oposición política del país, reconoció el papel del fallecido en la construcción del país en un breve discurso, pero dijo no creer que el gobierno de un solo partido fuera la clave para el desarrollo económico del país.

 

“Muchos singapurenses fueron sacrificados durante el proceso de construcción nacional y legislación, y nuestra sociedad ha pagado un precio por ello”, dijo. “Por eso el señor Lee es también una figura polémica a ojos de algunos”.

 

Singapore Lee Kuan Yew
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