Primero fueron los servicios de música, con marcas como Spotify, Pandora, Hulu, y más recientes, la marca más popular dentro de la industria de la música digital, iTunes de Apple; también lo hizo la industria de la TV y el cine, con Netflix como punta de lanza, y más recientemente en México, con servicios como Claro Video, Klic de Cinépolis, y VeoTV, entre otros.

 

En días pasados, un nuevo anuncio que parece revolucionar la industria editorial, marcó la entrada de otro producto digital, el libro, al modelo de un pago mensual de suscripción que permita consumir todo el contenido que desee, con el anuncio de Amazon Kindle Unlimited, que por 10 dólares permitirá que sus suscriptores lean libros de forma ilimitada de un total de 600 mil títulos entre los que se mencionan sagas populares como Harry Potter o Hunger Games.

 

Es, definitivamente una tendencia. A algunos podría parecer poco rentable, de vender 3 discos, por ejemplo, que podrían significar 300 pesos al mes al menos, a permitir que se escuchen decenas de materiales, a un tercio de ese costo, e incluso en algunos sin costo alguno, como es el caso de la versión más básica de Spotify. Pero la realidad es que estos modelos están mostrando ser sumamente rentables, y en negocios como el de Amazon o el de Spotify, una variante más a su negocio.

 

spoty

 

Vale la pena aclarar que la calidad del contenido ofrecido a través de dichos servicios es de muy buen nivel, y cada vez, la competencia hace que este mejore aún más. Netflix, por ejemplo, ha invertido millones de dólares en la producción de series exclusivas, la más famosa de todas “House of Cards”, protagonizada por Kevin Spacey, y que ha llevado a cabo ya dos temporadas, o la exhibición de películas con recientes nominaciones a los Premios Oscar, como son El Lobo de Wall Street, por ejemplo. Spotify, en el campo de la música, permite la reproducción de discos de artistas de gran renombre cuya última producción no tiene ni un mes de haberse lanzado, como Lana del Rey, Molotov, o Jack White, por citar algunos.

 

Netflix cobra en promedio 10 dólares mensuales comparado con los 15 dólares de HBO, lo que lleva a que su negocio genere aproximadamente 400 millones de dólares mensuales, y al menos cinco mil millones de dólares anuales

 

Pero volviendo a la razón de ser de estos modelos de negocios, Netflix, por ejemplo, anunció recientemente que superó los 40 millones de suscriptores mensuales, cifra que sigue creciendo pues la empresa se encuentra en franca expansión. Comparado con marcas de contenido Premium como HBO, son de lejos más económicas y con un mejor costo/beneficio. Netflix cobra en promedio 10 dólares mensuales comparado con los 15 dólares de HBO, lo que lleva a que su negocio genere aproximadamente, 400 millones de dólares mensuales, y al menos cinco mil millones de dólares anuales. Spotify, por ejemplo, ofrece una versión gratuita cuyo modelo de negocio se basa en la venta de publicidad, pero su suscripción Premium, que libera a su cliente de publicidad y permite la reproducción en múltiples dispositivos, a diferencia del servicio básico, cobra los mismos 10 dólares mensuales.

 

Adicionalmente vale la pena considerar que el número de usuarios que usualmente se dan de baja una vez suscritos a un servicio de esta naturaleza suele ser muy bajo. Finalmente, es importante entender que estos servicios han mostrado ser complementarios, y no sustituyen otras formas de consumo de contenidos. iTunes, por ejemplo, sigue manteniendo números muy positivos, pues hay también un mercado ávido no solo por escuchar, sino poseer la música de sus artistas favoritos.

 

Amazon es el rey del libro electrónico, principalmente en Estados Unidos pero en años recientes también en otras latitudes. Si Kindle Unlimited agrega valor al negocio ya existente de Amazon, cosa que parece estar calculada por su CEO, Jeff Bezos, no solamente habrá diversificado sus modelos de negocio, sino podría estar marcando una tendencia muy importante en la industria de contenidos digitales en internet, animar a otros a explorar modelos ya rentables en la música, el cine, y ahora el negocio editorial, y por qué no, abrir camino al pago por contenido como modelo reinante sobre el basado en publicidad que a muchos no ha redituado todavía como lo esperarían.