Justo cuando en el CEN del PAN evaluaban la posibilidad de removerlo de la coordinación parlamentaria del Senado y los senadores calderonistas exigían su cabeza por haber cuestionado públicamente al ex presidente Felipe Calderón, Jorge Luis Preciado encontró una ruta de escape para evitar un cese fulminante en su contra: se envolvió en la bandera blanquiazul y buscando demostrar un liderazgo que fue cuestionado por sus compañeros, el colimense anunció ayer un retiro de la mesa de negociaciones de la reforma energética por el caso Oceanografía y porque, dijo, “se está limitando la propuesta panista” en las leyes secundarias.

 

La realidad es que el intento de chantaje del coordinador panista, con el que dejó muy mal parado a su partido, fue un acto desesperado de su parte y no tiene todo el respaldo del panismo. Porque al utilizar el caso Oceanografía como argumento para no negociar la reforma secundaria en materia energética, Preciado está dando por hecho que la corrupción y los fraudes que se investigan por parte de la empresa contratista de Pemex sí estuvieron ligados a los gobiernos de su partido. O de qué otro modo se puede entender la amenaza de “sí siguen investigando a Oceanografía no negociamos”.

 

Pero detrás de la maniobra del coordinador senatorial del PAN hay una historia que tiene que ver, para variar, con las pugnas internas que vive el panismo. Resulta que el pasado lunes, Preciado declaró a los medios, a propósito de la muerte de Nazario Moreno El Chayo, que el gobierno de Calderón “había hecho el ridículo” al haber declarado la muerte del capo templario sin tener los elementos suficientes para documentar su fallecimiento. Esa declaración, leída como una fuerte crítica a Calderón viniendo de un panista, fue tomada como una ofensa por el grupo de los senadores calderonistas que, con Ernesto Cordero a la cabeza, en la reunión plenaria del martes le reclamó a Preciado por sus comentarios y le exigió una rectificación pública.

 

La rebelión de los calderonistas, que son mayoría en la fracción senatorial, provocó que en el CEN del PAN evaluaran la posibilidad de remover a Jorge Luis Preciado de la coordinación. Ante el enojo de sus compañeros de bancada, el senador por Colima pretendió dar una disculpa pública que sólo enredó más las cosas. Mientras, los calderonistas organizaron su propia conferencia de prensa para tratar de aclarar lo dicho por su coordinador y respaldar al ex presidente, y al calor de las declaraciones, senadores como Francisco Domínguez hablan de una campaña de desprestigio desde el gobierno contra el panismo por el caso Oceanografía.

 

El tema se le salió de las manos a Preciado y lo que comenzó como un intento de congraciarse con los senadores, terminó en una suerte de chantaje panista a la reforma energética y de paso un acuse de recibo por el escándalo de corrupción de Oceanografía.

 

Anoche el asunto cobraba dimensiones de crisis con el gobierno y Preciado estaba cada vez más enredado: ni quedó bien con los senadores calderonistas ni está ya bien con el grupo de Gustavo Madero. Y aunque por el momento lo decidan mantener, es casi un hecho, como dijo ayer la dirigente del PAN, Cecilia Romero, que para mayo, en cuanto pase la elección interna, habría un cambio en el liderazgo panista en el Senado.

 

NOTAS INDISCRETAS… A propósito de Ernesto Cordero, ayer acudió a registrarse como candidato a la dirigencia nacional del PAN. Rodeado de un grupo de seguidores, menos de los que acompañaron un día antes a Madero, el ex secretario de Hacienda optó por un gesto simbólico y codo a codo con sus simpatizantes, caminó por las calles aledañas a la sede nacional del PAN, en la Colonia del Valle, entonando el himno nacional. Y para rematar con el gesto, Cordero se tomó una selfie con sus apoyadores que él mismo subió a las redes sociales… Se tiran los dados. Quinta serpiente. Semana negra.