Con la reelección técnicamente resuelta por la abrumadora ventaja que les lleva a sus contrincantes en el control de la estructura nacional y el conocimiento del padrón de militantes, Gustavo Madero y su grupo están pensando ya en sus siguientes objetivos de mediano y largo plazo: las elecciones parlamentarias intermedias de 2015, como la parada decisiva y decisoria que los llevaría hacia su proyecto mayor, la sucesión presidencial.

 

No son pocas las voces dentro del maderismo que advierten que lo que estará en juego en la elección interna del 18 de mayo, además de la dirigencia nacional, es la preeminencia que tendrá el grupo ganador en la definición de las candidaturas al Congreso y en las nueve gubernaturas que también se renuevan el próximo año, lo que colocaría a la corriente que logre el control de esos dos procesos, en condiciones de ventaja para definir al candidato presidencial del PAN en el 2018.

 

Una señal de que Madero está pensando en el futuro es la fórmula y el equipo del que se rodeó para su campaña por la reelección. Desde la elección de Ricardo Anaya Cortés como su compañero por la secretaría general, hasta la incorporación de varios cuadros jóvenes en la coordinación de su campaña a nivel nacional y en los estados, el mensaje que manda el chihuahuense es que el maderismo es un proyecto de futuro en el que se busca consolidar el control del PAN con miras a varios años adelante, a través de cuadros jóvenes y emergentes que al mismo tiempo trabajan con militantes y operadores de trayectoria y experiencia.

 

Además del acierto de la incorporación de Anaya, que le inyecta sangre joven y una imagen positiva al grupo de Madero, están otros operadores emergentes como Marko Cortés en la coordinación nacional de la campaña; Víctor Serralde, que será el operador en el estratégico Estado de México; el diputado local César G. Madruga, quien se encargará de coordinar toda la campaña maderista en el Distrito Federal; Juan Pablo Adame, en la coordinación de Redes Sociales, y Judith Díaz, una joven panista que coordinará a las mujeres en el proselitismo de Madero.

 

Junto con ellos aparecen otros panistas más experimentados como Alejandro Zapata Perogordo, que será coordinador del maderismo en San Luis Potosí, Marco Adame, que manejará la campaña en Morelos, y Jorge Luis Preciado, que se encargará de Colima. Eso sumado a otras figuras que acompañarían a Madero en la planilla por el CEN como Santiago Creel Miranda y al apoyo que ya han hecho público gobernadores como los de Sonora, Guillermo Padrés, de Puebla, Rafael Moreno Valle, Baja California, Federico Vega, y de Sinaloa, Mario López Valdez.

 

La maquinaria maderista ya está en marcha, no sin que exista en sus filas algo de soberbia y sin que algunos cercanos a Madero ya estén haciendo cálculos alegres y se quieran comer el pastel antes de hornearlo. El primer paso en la estrategia del grupo de Gustavo Madero será tomar el control del Consejo Nacional del PAN que se renueva el 29 de marzo próximo en la Asamblea Nacional del blanquiazul. Hasta ahora ese órgano está dominado en su mayoría por los calderonistas, que tienen cerca de 70% de los consejeros, pero ya hay proyecciones, con base en las postulaciones que ya se están haciendo en los estados, de que la correlación de fuerzas puede cambiar drásticamente en el Consejo panista.

 

Una estimación que circula en los corrillos del PAN dice que, con base en el control que tienen de los delegados de la Asamblea que votarán a los nuevos consejeros, el maderismo puede obtener 80% de los 380 asientos del Consejo, mientras que el grupo de los calderonistas podría reducirse a sólo 10% y el resto se repartiría en otras corrientes minoritarias.

 

Ahí comenzaría a andar el plan futurista de Madero y su grupo que va mucho más allá de la reelección y apunta, todo indica, a que en 2015 se convirtiera en el líder de los diputados de Acción Nacional y de ahí el siguiente paso se concretaría cuando, en la sucesión del 2018, los mexicanos volvieran a ver en las campañas y en la boleta electoral un nombre que tiene resonancias históricas en el subconsciente nacional: “Presidente Madero”. Como dijera el clásico: al tiempo.

 

NOTAS INDISCRETAS…Anoche el gobierno federal confirmó la segunda muerte de Nazario Moreno González El Chayo pero esta vez, a diferencia de la primera, ocurrida en 2010 y que resultó ser un craso error del secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, la PGR y el Sistema Nacional de Seguridad Pública afirman que hay total coincidencia en las 10 huellas dactilares. Falta que le practiquen al cuerpo, cuyas fotos circularon desde ayer en la prensa, las pruebas de ADN y otros peritajes, pero parece ser que esta vez El Chayo, a quien ubicaron y abatieron en un enfrentamiento en Tumbiscatío, no resucita. Se tendrán que conocer todas las pruebas, tal y como hicieron con El Chapo Guzmán, no sea que el Templario, como el personaje de Guillermo Arriaga, vaya por su tercer entierro… Los dados mandan Serpiente. Mal comienza la semana.