Los anuncios del presidente Enrique Peña Nieto de obras millonarias para el Distrito Federal no fueron totalmente gratuitos ni mucho menos desinteresados. Detrás del discurso presidencial que ofreció un nuevo súper aeropuerto y nuevas líneas y redes del Metro para la Ciudad de México, hay una estrategia política en marcha con la que el PRI busca reconquistar el voto mayoritario en la capital del país que perdió hace más de 17 años.

 

Pero como Peña Nieto y el PRI saben que solos no pueden contra el PRD y sus fuertes redes clientelares en la capital, desde la Presidencia de la República se está buscando negociar una alianza electoral con el PAN para que, juntos, los dos partidos opositores le arrebaten al perredismo la mayoría en la Asamblea Legislativa del DF y varias delegaciones importantes. El encargado de armar y negociar esa alianza es el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, y las pláticas con el panismo están avanzadas y buscan postular candidatos comunes en los distritos electorales locales más importantes y en al menos 10 delegaciones de la ciudad.

 

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A la alianza PRI-PAN se sumarían también el PVEM y el Partido Nueva Alianza con el objetivo de garantizar la mayoría en la Asamblea Legislativa en los comicios de 2015 que apuntale los grandes proyectos anunciados por el gobierno federal en la Ciudad de México. A partir de esa mayoría y de varias delegaciones estratégicas que se proponen arrebatarle al PRD, se construirían las bases para recuperar la jefatura de Gobierno de la capital en 2018.

 

Paradójicamente, mientras avanza la alianza PRI-PAN, la mayoría del PRD en la Asamblea Legislativa, por instrucciones del Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, votó el 30 de junio pasado en contra de que los nuevos partidos pudieran ir en alianza en las elecciones locales del próximo año, en un intento por frenar al Partido MORENA de Andrés Manuel López Obrador; pero con esa decisión los perredistas también cerraron la puerta a cualquier alianza con el que podría ser su principal aliado para enfrentar una coalición opositora como la que se prepara en el DF.

 

Y si las cosas se podrían complicar en 2015 para el PRD con una gran alianza PRI-PAN-PVEM-PANAL, enfrente tendrán también a MORENA cuyo crecimiento amenaza directamente al voto perredista en zonas estratégicas como Iztapalapa. Si en algunas encuestas ya se ubica al partido lopezobradorista con hasta 10% de intención del voto en la ciudad, hay otro dato que arrojan los sondeos y que debe preocupar al perredismo capitalino: 73% de encuestados en la ciudad cree que Andrés Manuel López Obrador sigue siendo del PRD.

 

Por eso sorprende que, en momentos en que se avecina una batalla política por la Ciudad de México, al gobierno perredista de Miguel Ángel Mancera se le vea cada vez más cerca del presidente Enrique Peña Nieto. La cooperación entre el GDF y el gobierno federal está llegando a tal grado que en la elección de consejeros locales del PRD realizada este domingo hay testimonios de perredistas que aseguran que la poca estructura del PRI en la ciudad se movilizó para apoyar a los candidatos afines al gobierno capitalino para integrar el Consejo Local del perredismo.

 

Es decir que mientras el jefe de Gobierno celebra y apoya las “grandes obras” de Peña Nieto, Mancera está apuntalando la estrategia política con la que el gobierno federal busca que el PRI recupere la capital. ¿Sabrá Mancera que Los Pinos está operando para arrebatarle la ciudad a su partido?

 

NOTAS INDISCRETAS… Hay gobernadores que, en contra del espíritu de la reforma electoral, pretenden conservar el control sobre los consejeros electorales de sus estados. Hay varios casos donde se ha denunciado injerencia de los gobiernos locales en la integración de los Organismos Públicos Electorales Locales (OPLEs) como en el DF, Jalisco y ahora en Morelos. En este último caso los señalamientos apuntan a que el gobernador Graco Ramírez ha expresado públicamente su apoyo al actual presidente del Instituto Electoral de Morelos, Saúl Meza Tello, para que siga al frente del nuevo OPLEs. El problema es que la decisión final la tomarán esta semana los consejeros del INE y, si permiten que los gobernadores tiren “línea”, los nuevos órganos estatales nacerán bajo sospecha… Los dados mandan Serpiente.