Durante su gestión como líder del Partido Acción Nacional (PAN), los panistas perdieron la presidencia de la República en 2012. Dos años más tarde, Gustavo Madero Muñoz asegura que el poder por el poder no es la razón por la que busca reelegirse como presidente del blanquiazul, sino que su objetivo es desmantelar al sistema político del PRI.

 

En entrevista con 24 HORAS, asegura que está confiado en ganar las elecciones internas del PAN que se celebrarán el 18 de mayo, y lo hará, según sus estadísticas, por 120 mil votos de diferencia (70% de la votación) sobre su adversario, Ernesto Cordero.

 

Para el político chihuahuense, el Pacto por México está muerto, sepultado, pero de conseguir reelegirse como dirigente del PAN para el periodo 2014-2015, el partido llegará como una férrea fuerza política de oposición a las mesas de acuerdos con el gobierno federal, el PRI y el PRD.

 

 

¿Una de las motivaciones para reelegirse es el poder por el poder, le ha gustado tanto?

 

No, no es el poder por el poder. Pues es el poder hacer las cosas mejor para México, el poder mejorar la situación económica de México, el poder combatir la impunidad en México, el poder mantener la democracia, ese poder sí motiva a un ciudadano a participar en la política para cambiar a este país.

 

¿En su gestión al frente del PAN su partido perdió la Presidencia de la República, esto no fue suficiente para retirarse?

 

Yo creo que tuvimos una trayectoria decreciente de respaldo de la ciudadanía a nuestro partido. Atendimos está tendencia para revertirla y ya lo logramos.

 

Hay que recordar que en el año 2000 ganó el PAN la Presidencia de la República, con Vicente Fox, con el 44% de los votos. Hay que recordar que ganó el PAN en 2006, con Felipe Calderón, con el 36% de los votos. Recordar que el PAN perdió con Josefina Vázquez Mota con el 25% de votos. Es una trayectoria de descenso que no inicia unos meses antes de la elección de 2012, sino que es una trayectoria que venía construyéndose desde antes.

 

Por lo que sometimos al panismo nacional a un proceso de autoevaluación para mejorar todos nuestros procesos, para poder corregir nuestras fallas. Depuramos padrón, estatutos y cosechamos logros en las elecciones de 2013. Revertimos la tendencia decreciente.

 

Ha mencionado que Fox y Calderón le habían quedado a deber a los ciudadanos. ¿Cuánto daño hicieron al PAN para que perdiera la elección de 2012?

 

Daño no, no le han hecho daño, le han hecho un beneficio al país. Lo que pasa es que la expectativa de los ciudadanos es mayor en muchos aspectos que no quedaron resueltos durante este periodo (2000-2012). El PAN sigue siendo el único con la capacidad de cumplir con esta agenda de que México avance y concluya la transición democrática. Democratizar al sistema económico, al sistema político, democratizar también a los programas sociales para toda la población.

 

Esta visión de desmantelar el sistema político y la cultura política que construyó el PRI, a su imagen y semejanza, para perpetuarse en el poder es un tema que aún no hemos concluido y que debemos perseverar para tener un mejor país.

 

¿Existe un divisionismo al interior del PAN?

 

En la actuación real, en los signos vitales y las decisiones fundamentales, no existe esa división que se trata de exacerbar como una fractura.

 

Si se ve cómo vota el PAN, cómo votó la reforma fiscal en bloque, cómo votó a favor de la reforma educativa en bloque, a favor de la reforma energética en bloque, en telecomunicaciones, financiera, a favor de todas las reformas hemos ido en bloque y esto contradice los hechos de un partido que dicen que está dividido.

 

Las críticas de un legislador no manifiestan una fractura, sino una diferencia de opinión.

 

¿Estas diferencias de opinión, que tanto afectan al PAN?

 

Toda la pluralidad enriquece, mientras se dé con respeto a la dignidad de la persona humana, con respeto a la institución y mientras se dé respetando al proceso democrático y el resultado de la elección. Siempre van a enriquecer.

 

De ser reelecto, ¿seguirá el Pacto por México?

 

El Pacto está muerto, se murió el año pasado cuando se levantó el PRD de la mesa. Desgraciadamente eso no fue algo bueno, porque facilitó al gobierno federal y al PRI para liberarse de compromisos firmados.

 

Vamos a seguir insistiendo que se cumplan los compromisos, todas las leyes secundarias sin retroceder en el espíritu reformador y profundo de las reformas constitucionales. El PAN le va a exigir al gobierno la instrumentación de todas estas reformas constitucionales.

 

¿Para el PAN dejó un mal sabor de boca el Pacto por México?

 

No, al contrario hombre. El Pacto dejó 12 reformas que le urgían a México, estas son muy buenas y le van a cambiar el rostro al país. No van a tener un efecto inmediato sino dentro de cinco años, pero hay que reconocer que esto es un logro y una victoria cultural del PAN, porque son las ideas del PAN las que quedaron impresas en la Constitución Política al combatir los monopolios políticos, económicos y sociales; cuando permitimos la competencia y apertura al sector energético, educativo, político y económico.

 

¿El PAN seguirá negociando con el gobierno federal y otros partidos?

 

El Pacto está muerto, lo reafirmo, pero existe la necesidad de los acuerdos y la importancia de que no estigmaticen los acuerdos. Los acuerdos es lo que más le sirve al país y a la democracia, de nada sirven los enconos, lo único que sirven son los acuerdos y vamos a seguir con los acuerdos como una férrea fuerza política de oposición.

 

¿Cuál es la estrategia previo a las elecciones intermedias de 2015 y las presidenciales en 2018?

 

Esta campaña interna lleva una dedicatoria para mujeres y jóvenes. Trabajar nuevamente para darles todo el apoyo real, no de dientes para fuera, sino con presupuestos, posiciones directivas y en los cargos de elección popular, es una primera gran definición.

 

La segunda, es reconocer y trabajar con todos los liderazgos en cada una de las regiones, sentarlos en la mesa para construir proyectos que tengan una lógica de construir un proyecto superior, son las dos grandes estrategias para las elecciones de 2015 y 2018.