El gobierno federal redujo en 48% el presupuesto para dar capacitación y formación continua a los profesores durante los dos primeros años de la aplicación de la Reforma Educativa; ello a pesar de que estaba en puerta la primera evaluación del desempeño de los maestros y de los bajos resultados que estos habían obtenido en diagnósticos previos.

 

El artículo 13 de su Ley General -publicada el 11 de septiembre de 2013, como parte de la reforma- especifica que además de mejorar la calidad de la educación y la enseñanza a través de la evaluación, dos de los propósitos del Servicio Profesional Docente son ofrecer opciones de desarrollo profesional a los maestros y darles los apoyos necesarios para que puedan  “prioritariamente, desarrollar sus fortalezas y superar sus debilidades”.

 

Sin embargo, el gobierno federal redujo casi a la mitad los recursos para otorgar esta capacitación y formación a los docentes, al pasar de 447 millones 069 mil 968 pesos en 2013, a 228 millones 848 mil 372 pesos en 2015.

 

De acuerdo con el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica (CEMABE), esto equivale a haber destinado 233.96 pesos en el último año por cada uno de los 978 mil 118 maestros contabilizados para que estos tomaran diplomados, cursos de actualización o se prepararan para enfrentar el examen de desempeño magisterial, el cual determinará si están capacitados o no para dar clases.

 

Entre noviembre y diciembre de 2015, la SEP evaluó el desempeño de 131 mil 556 docentes y directores de Educación Básica y Media Superior, como parte de la reforma educativa. La evaluación incluyó un examen estandarizado, la presentación de un ensayo sobre la práctica educativa, la calificación del director de la escuela, la presentación de trabajos de estudiantes y un análisis del contexto en que se dan clases.

 

Desde que se anunció, la evaluación docente generó polémica y descontento entre profesores (a lo largo del año hubo protestas contra la evaluación en más de 10 entidades del país) que la han calificado de “administrativa”.

 

Aunque los resultados del examen se darán a conocer en febrero, desde 2012 existían “focos rojos” sobre la preparación de los docentes, de acuerdo con los resultados que arrojó la Evaluación Universal de Docentes y Directivos de la Educación Básica, a la que fueron sometidos de manera obligatoria en el marco de la Alianza por la Calidad de la Educación entre la SEP y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

 

La SEP sólo aplicó uno de los cuatro componentes de la Evaluación Universal (el de Preparación Profesional, PP) que medía las habilidades, conocimientos, capacidades y competencias profesionales de 264 mil 380 maestros de primaria, a través de un examen estandarizado de 96 reactivos. Las evaluaciones a maestros de kínder y secundaria, que debían aplicarse en 2013 y 2014, ya no se llevaron a cabo.

 

Según cálculos elaborados a partir de las bases de datos oficiales que consiguió y publicó la organización Mexicanos Primero sobre los resultados de la Evaluación Universal, en promedio los profesores acertaron 56% de las preguntas incluidas en el examen, lo que representa 54 preguntas contestadas correctamente de un total de 96.

 

La calificación más alta la obtuvo una profesora poblana de sexto grado de primaria con 89 aciertos (lo que corresponde al 92% de los reactivos); mientras que la puntuación más baja fue la de un profesor mexiquense de cuarto grado, que tuvo cero respuestas correctas.