En México el 25% de las 8 millones de hectáreas que producen maíz lo hacen con semillas mejoradas, las cuales presentan hasta un 160% más de rendimiento respecto a las tradicionales. El problema viene que en nuestro país la producción de estos granos abarca sólo 42.5% de las 160 mil toneladas que demanda el mercado de agricultores.

 

Las semillas mejoradas tienen mayor producción por hectárea porque resisten más a sequías, heladas y plagas, además de que si se les suman otros implementos tecnológicos como vacunas aumentan su resistencia.

 

Datos del Sistema de Información Agroalimentaria  Pesquera de la Secretaría de Agricultura (SIAP-Sagarpa) indica que en el periodo 2008 a 2010 el promedio de producción de semillas mejoradas para cultivos de maíz en nuestro país fue de 68 mil 172 toneladas, por una demanda total de 160 mil 226 toneladas de estos granos.

 

Esto significa que para cubrir todos los campos de maíz mexicanos con semilla mejorada se requiere aumentar la producción en más de 92 mil 054 toneladas.

 

“De lo que estamos hablando, en el caso del maíz, es que pudiéramos lograr una reconversión. Ahora un promedio nacional es de 1.2 toneladas por hectárea, nosotros pudiéramos aumentarlo a 3.2 toneladas, estamos hablando de un incremento sustancial en beneficio de la seguridad alimentara del país”, dijo Roberto Fraile, presidente de la Asociación Mexicana de Semilleros AC, sobre las ventajas de usar semilla mejorada.

 

Los estados con mayor producción de semillas mejoradas en maíz en el periodo medido fueron Jalisco y Sinaloa, entre ambas entidades acumularon 21 mil 492 toneladas.

 

Entidades como Chiapas, Guerrero y Veracruz, que cuentan una tradición de cultivo de maíz, tienen una menor producción de maíz. Entre los tres estados tuvieron un consumo promedio entre 2008 y 2010 de 10 mil 833 toneladas.

 

Una de las condiciones por las cuales el norte consume más las semillas mejoradas es porque en esa región del país las tierras agrícolas son más granes, lo que disminuye la inversión por hectárea que se requiere para que sea redituable.