Lo primero a destacar del magno evento en el PRI: Aquí sí no hubo nada de que la “sana distancia”, el desprecio al partido o regateo alguno parecido de parte de su jefe máximo.

 

Enrique Peña Nieto, por el contrario –vistiendo una chamarra roja, color distintivo de los tricolores hoy en día–, se declaró abiertamente: “un presidente orgullosamente priista”.

 

Pero no sólo eso, hasta agradecido y amoroso se manifestó ante los suyos: “Podrá faltar algo de voz a veces –dijo, recordando sus tiempos de campaña–, pero lo que nunca faltaba, como hoy no está ausente, es la entrega de corazón que el Presidente de la República quiere hacer con su partido”.

 

Ya imaginarán a los miles de militantes congregados en el estacionamiento de la sede nacional del Revolucionario Institucional cuando Peña Nieto soltó estas palabras (y cuando ingresó al lugar y cuando partió): ¡en el delirio!

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Eso por lo que toca a la actitud del Presidente.

 

Ahora, de su equipo, ¿quiénes lo acompañaron? Según sus propias palabras, “los integrantes del gabinete del gobierno que militan en nuestro instituto político”.

 

Efectivamente, del gabinete legal estaban prácticamente todos, con excepción de los secretarios de la Defensa, de Marina y la procuradora General de la República.

 

Y señaladamente por no militar en el PRI: el canciller José Antonio Meade y la titular de Desarrollo Social, Rosario Robles.

 

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LA GRILLA EN LA SUCESIÓN.- Vayámonos ahora con los aspirantes a dirigir el PRI, porque la grilla estaba precisamente centrada en eso: en calcular por dónde venía la jugada, en tratar de descifrar quién podría ser el sucesor de César Camacho.

 

Manlio Fabio Beltrones, el del nombre más sonoro, el que públicamente ha manifestado su deseo de dirigir al partido, fue bien recibido por la asistencia. Le tocaron de los aplausos más sonoros cuando se citó su nombre y –fuera de Peña– fue uno de los políticos más solicitados a la hora de las despedidas, junto con el gobernador mexiquense, Eruviel Ávila.

 

Sólo quisiera anotar que yo no percibí a un Beltrones eufórico. Mucho menos, por cierto, a Miguel Ángel Osorio Chong, cuya expresión era más bien de abatimiento.

 

En cambio, quien no perdía la sonrisa era el gobernador de Chihuahua, César Duarte, situado en la primera fila. Al de Agricultura, Enrique Martínez, se le veía poco solicitado. Alfonso Navarrete Prida ni se hacía notar.

 

En pocas palabras, por la actitud de los aspirantes era bien difícil descifrar algo. Peor luego de que Peña Nieto les puso el alto con aquello de que este no era momento para andar pensando en el 2018 ni de proyectos personales.

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HACIA QUIÉN APUNTÓ PEÑA.- Ahora sí pónganse todos listos. Va lo que dijo Peña en su discurso a propósito de cómo debía ser el partido de ahora en adelante:

 

–Es momento de que el PRI actualice su organización y estructura.

 

–Que el PRI regrese a las universidades y despierte el ánimo de los jóvenes.

 

–Que el PRI renueve su misión ética y social a favor de los menos favorecidos.

 

–El PRI tendrá la obligación de darle valor y prestigio a la política.

 

Expuesto lo anterior, vinieron las lecturas de los políticos. Y de una vez valga decir que fueron de lo más contradictorias:

 

Mientras algunos descartaron ipso facto a Beltrones y a Martínez (porque percibieron una búsqueda de cambio y juventud en las palabras del presidente); otros aseguraron ¡y hasta apostaron!, que el sonorense sería el elegido.

 

En contraparte, quienes “leyeron” en el mensaje que el próximo presidente del PRI será alguien joven, apuntaron a dos posibles candidatos: el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, de 37 años (el más joven de todos); y Alfredo del Mazo Maza, de 39, diputado federal electo y ex presidente municipal de Huixquilucan (se quedó a la vera del camino en la sucesión del Edomex).

 

Rondando los 40 y 50 (Peña tiene 49 años), apuntaron a Osorio Chong (50 años), a Navarrete Prida (51), a César Duarte (52) y a Jorge Carlos Ramírez Marín (53).

 

Como quien dice, cada quien trae su propia película. Pero de que la pasaron bien, ¡sin duda! Y de que su mente –a pesar de lo que diga el Presidente– está en el 2018, ¡también!

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GEMAS: Obsequio del dirigente del PRI, César Camacho: “Prácticamente a la mitad del camino, en un análisis ponderado, podemos afirmar que el balance general favorece a México”.