A partir de esta semana, tendremos en el ámbito económico días importantes para el desarrollo de la economía mexicana y los mercados. Por un lado, la reunión de política monetaria del Banxico junto con los datos de inflación a julio, mientras que por la otra parte se iniciará la primera ronda de negociaciones en la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA).

 

Recientemente tuvimos información positiva hacia nuestra economía. Fitch, una de las principales calificadoras, otorgó a México el cambio en la perspectiva de “negativa” a “estable”, lo que le da tiempo al Gobierno federal a seguir trabajando en la consolidación fiscal y al desarrollo de la revisión del TLCAN que repercutirá en la nueva relación que prevalecerá con Estados Unidos en materia de intercambio comercial, migratorio, social y en inversiones que al final de cuentas tendrá efectos sobre el crecimiento económico del país en la antesala a las elecciones de 2018.

 

Por otro lado, el INEGI dio a conocer la expansión estimada del segundo trimestre del año en 2.4% anual con una tasa de crecimiento trimestral de 0.6%. Destacó la actividad terciaria y secundaria. Con ello, la expansión en el primer semestre de 2017 ha sido superior al esperado por el mercado.

 

Ahora, vendrán eventos muy importantes que nos irán llevando a evaluar el segundo semestre del año y, sobre todo, la expectativa para 2018 en medio de unas elecciones presidenciales y de Congreso que marcarán el rumbo del modelo económico hacia los siguientes seis años.

 

Tendremos la inflación a julio, la cual, se estima, se ubique en niveles alrededor de 6.4% anual, aún por arriba en los últimos ocho años, pero ya cercanos a alcanzar un “techo”. La estabilidad del peso mexicano, así como del movimiento en el precio del petróleo estará limitando mayores presiones y con ello el Banxico, muy probablemente, mantendrá la tasa de interés sin cambio en 7.0% debiendo esperar el tono del comunicado.

 

Asimismo, los tiempos llegan. Se dará inicio a la revisión del TLCAN del 16 al 20 de agosto. Será la primera de seis. El documento planteado el 17 de julio pasado, por parte de la oficina del representante comercial de EUA, plantea una propuesta favorable para la negociación, pero deja en claro que habrá dos puntos que pueden marcar la diferencia entre una negociación propositiva y una conflictiva. Primero, la intención de que Estados Unidos tiene que reducir el déficit comercial con México y Canadá. En el caso de nuestra nación, tiene un déficit aproximado por 63 mil 200 millones de dólares y representa 8.8% del total liderado por China claramente con 47.1%. En el caso de Canadá, no tiene al final un déficit comercial. El segundo punto: la intención de eliminar el Capítulo 19 de solución de controversias del tratado.

 

El Gobierno mexicano quiere y tiene la intención de que dicha negociación concluya antes de finalizar el año. Sin embargo, algunos expertos consideran muy difícil de lograrlo.

 

El que busquen un comercio de bienes y servicios “equilibrado” implicaría, de entrada, que México debe reducir su superávit comercial de mercancías con Estados Unidos. Puede ser a través de una menor exportación o comprando bienes americanos en mayor medida bajo alguna presión que implicará “mayores precios de adquisición” y posiblemente pérdida de competitividad o una mayor inflación. Otro será perjudicar al sector automotriz y que EUA tenga más producción en autos y autopartes. Continuará…

 

 

caem