Esta Semana Santa tendrá, a diferencia de las pasadas, el factor geopolítico “en su punto”. Estados Unidos decide unilateralmente actuar contra Siria, aunque todo apunta a que dio aviso a otros países, incluidos Rusia y China.
El segundo responde con un extrañamiento, con la petición de una reunión extraordinaria urgente de la ONU y con la clara señal de una afectación de su relación política con Estados Unidos. Al mismo tiempo, se tuvo la junta de la Unión Americana con China, en la que en 24 horas seguramente abordaron los temas principales para trabajarlos, como el relativo al dominio del mar de China, el riesgo de una guerra con Corea del Norte y el intercambio comercial.
Se sabe que un grupo de ataque de Estados Unidos se movilizó el fin de semana hacia la península norcoreana, aumentando la tensión de programas nucleares y, al mismo tiempo, Corea del Norte condenó enérgicamente el bombardeo a Siria; lo cataloga como una “agresión absolutamente inaceptable”.
Así tenemos dentro de eventos geopolíticos a naciones como Estados Unidos, Rusia, Siria, Corea del Norte y China, cuyos efectos sobre la economía mundial representan 42% del tamaño mundial y 60% en la participación de crecimiento global, teniendo algunos sectores sensibles como el militar, aeroespacial, petrolero, de metales y el financiero, entre otros.
Desde luego, se vuelve un tema sensible en caso de que el evento geopolítico Estados Unidos-Siria y/o Estados Unidos-Corea del Norte tome otras dimensiones, porque Rusia estará muy activa en el primero y China tendrá algún tipo de intervención en el segundo.
Llega Semana Santa, que en México es corta por tres días de actividad y en Estados Unidos será de cuatro días, dejando sólo el Viernes Santo como feriado.
Si consideramos solamente el desempeño de los mercados en esta Semana Santa, en los últimos 15 años en los que hemos visto procesos mundiales de recesión, guerras puntuales, recuperación mundial y apoyos de política monetaria, entre otras cosas, los mercados de capitales han registrado aumentos entre 0.4 y 0.7% (IPC y Dow Jones); el peso mexicano promedia una apreciación del orden de 0.35% y estabilidad en el movimiento del bono del tesoro.
Esto significaría que la Bolsa, por ejemplo, estuviera en zona de máximos históricos, el Dow Jones siguiera en su proceso de consolidación actual, la divisa nacional mantuviera la búsqueda de una zona baja como soporte y estable el movimiento de bonos del tesoro.
Sin embargo, consideramos que en el momento actual, indicadores de volatilidad empiezan a subir su “nivel”, las bolsas en Estados Unidos han registrado fuertes incrementos en sus cotizaciones y se ubican en niveles superiores dentro de sus canales de alza de largo plazo. El mercado de capitales en México parece que podría desacelerar un poco su ritmo de crecimiento, el peso mexicano alcanza puntos bajos importantes y el bono americano a 10 años (el instrumento más líquido a nivel mundial) parece generar posibilidades de una mayor demanda.
Esta semana en Estados Unidos se conocerán datos de inflación de marzo, ventas minoristas y la confianza al consumidor por la U. Michigan (preliminar abril); en México, la producción industrial a febrero. Además, está próximo el inicio de los reportes corporativos al primer trimestre de 2017.
Los datos americanos tienen incidencia en el análisis para toma de decisiones de la Fed, pero ahora con eventos de riesgo geopolítico.
En resumen, consideramos que esta Semana Santa pudiera ser diferente al promedio de los últimos 15 años en los mercados. Creemos que si llega a haber ajustes negativos en ellos, al menos en capitales podrían abrirse oportunidades de reestructurar portafolios de inversión.