WASHINGTON. La desencadenada crisis diplomática entre Venezuela y Colombia por el cierre de gran parte de la frontera binacional ordenado por Caracas no tiene programado un final próximo.

 

Después de que Colombia se llevara una derrota al no lograr que la Organización de Estados Americanos (OEA) convocara a una reunión urgente de cancilleres de la región para evaluar la crisis migratoria, el secretario general de esa organización, Luis Almagro, anunció que a visitará la frontera que comparten ambos países el próximo sábado, tras aceptar la invitación del alcalde de la ciudad colombiana de Cúcuta, Donamaris Ramírez Lobo.

 

En un comunicado emitido en Washington, Almagro se refirió a la zona fronteriza como un lugar “donde se concentran miles de colombianos que han debido dejar sus hogares en Venezuela y que viven en extrema y penosas condiciones humanitarias”.

 

El secretario general efectuará esta visita “sin prejuicio” de las acciones que tome la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo autónomo de la OEA al que acudirán hoy el alcalde de Cúcuta y el Defensor del Pueblo de Colombia, Jorge Armando Otálora Gómez.

 

Almagro “hizo suyo” el comunicado que emitió la CIDH el 27 de agosto, en el que el organismo urgió a Venezuela a detener de manera inmediata “cualquier expulsión colectiva, arbitraria o sumaria” de colombianos y a “abstenerse de adoptar cualquier medida tendente a destruir” sus propiedades.

 

Almagro reiteró su llamada al “diálogo bilateral” entre las dos naciones y pidió a las demás instituciones del Sistema Interamericano que redoblen su cooperación para atender “el problema humanitario” en esa frontera.

 

Tras reunirse con el alcalde de Cúcuta, Almagro anunció el envío de 25 mil dólares para ayuda humanitaria a la zona fronteriza de Colombia con Venezuela afectada por las deportaciones de colombianos efectuadas por el gobierno de Nicolás Maduro.

 

En declaraciones a los medios, Almagro evitó pronunciarse sobre la votación del lunes en el Consejo Permanente de la OEA, en la que se decidió no convocar a los cancilleres de los 34 países miembros para abordar la crisis, como había propuesto Colombia, que se quedó a un voto de los 18 apoyos necesarios.

 

Embajadores en Colombia de más de una veintena de países, así como un representante de la OEA, llegaron a la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, para conocer los efectos de la crisis migratoria entre ambos países.

 

Los embajadores visitaron en compañía de funcionarios de la Cancillería los albergues donde se encuentran miles de colombianos que han sido deportados por las autoridades venezolanas o ha regresado a su país por decisión propia ante la situación creada por el cierre de la frontera decidido por el gobierno de Maduro.

 

Fuentes oficiales indicaron que el cuerpo diplomático viajó a Cúcuta para participar en un Consejo de Ministros convocado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.

 

El despliegue forma parte de la ofensiva diplomática internacional anunciada por Santos, quien dijo que buscará reuniones con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y la Organización Internacional de Migraciones (OIM).

 

Una misión de las Naciones Unidas reveló que desde el inicio de la crisis han sido deportados de Venezuela mil 100 colombianos, mientras que otros diez mil han optado por abandonar ese país.