La Secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda anunció que se rendirá homenaje nacional al poeta, filósofo y ensayista de origen español nacionalizado mexicano Ramón Xirau, quien falleció a los 93 años.

 

La funcionaria cultural acudió este jueves a la casa donde vivió Ramón Xirau sus últimos años, y luego de dar el pésame a su viuda, Ana María de Xirau, expresó que la dependencia a su cargo rendirá un homenaje nacional al poeta, en colaboración con las instituciones en las que participó de manera relevante.

 

La fecha de dicho homenaje se definirá una vez que la dependencia federal llegue a un acuerdo con los deudos de quien es recordado como un hombre de letras, un intelectual imprescindible y un hombre generoso.

 

“Se trata de uno de los hijos más destacados y queridos del exilio español en México, cuya obra ya es una parte intrínseca de nuestra cultura en diferentes frentes: como poeta y filósofo, además de ensayista literario, maestro y editor”, destacó la Secretaría de Cultura federal.

 

Recordó que Xirau llegó a México en marzo de 1939; estudió en el Liceo Franco Mexicano y en la Facultad de Filosofía y Letras.

 

En 1955 obtuvo la nacionalidad mexicana y después realizó estudios de maestría y doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Este protagonista de la cultura mexicana abordó la unión entre filosofía, poesía y religión y buena parte de su obra se dedica a explorar la relación de la filosofía y la poesía, a la que concebía como una forma de conocimiento.

 

Mientras que en su obra poética, el autor fue fiel a la lengua catalana y en ella aparece un fino dibujante que nos recuerda que el Mediterráneo ha sido cuna de una civilización y de una cierta mirada, armónica y contemplativa, incisiva y serena.

 

Al respecto, Adolfo Castañón, poeta, crítico literario y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) señaló que “la obra de Ramón Xirau se ha encauzado por cuatro vertientes: la del poeta que ha sabido crear un mirador visionario, la del escritor y filósofo autor de una obra propia, la del maestro formador de investigadores y profesores”.

 

Agregó que su faceta como traductor y editor quedó de manifiesto en la revista “Diálogos” (1964-1985) “un rico faro donde, en cierto modo, se pueden reconocer algunas de las líneas maestras que ahondarían y ensancharían en lo editorial las revistas Plural y Vuelta de Octavio Paz”.

 

fgr