Vivir en las urbes mexicanas sigue siendo inseguro, así lo perciben sus habitantes y, peor aún, para la gran mayoría de ellos las policías estatales y municipales tiene una actuación “poco o nada efectiva”.

 

Incluso, el 35.9% de la población entrevistada cree que para los próximos 12 meses las condiciones de seguridad pública “seguirán igual de mal”, y sólo el 18.5% considera que “mejorará”.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), desde julio y hasta diciembre de 2013,  68% de la población encuestada continúa sintiéndose insegura en su ciudad.

 

Pero en la misma Encuesta de Seguridad Pública Urbana del  Inegi, dada a conocer ayer, este último trimestre cambió la percepción que la población tiene sobre la protección que brindan las policías estatales y municipales. El 40.5% de los citadinos entrevistados consideran que el desempeño de los agentes es “poco efectivo”, en el primer trimestre anterior sólo lo creían un poco menos, el 39.2%.

 

En realidad, es una mínima parte de la población la que considera que el trabajo de los uniformados es “muy efectivo”, sólo el 3.9%, mientras que en el otro extremo, 29.1% indicó que es “nada efectivo”. En América Latina, México es el segundo país que tiene mayor desconfianza en la policía, sólo por debajo de Bolivia.

 

Los detalles

 

El Inegi aplicó la encuesta a personas de 18 años y más, en 32 ciudades del país, una por cada entidad, con más de 100 mil habitantes, tales como Tijuana, Chihuahua, el Distrito Federal, Morelia, Toluca, Cancún, León o Mérida.

 

Pese a las cifras no alentadoras, la encuesta refleja una ligera disminución respecto al tercer trimestre del año pasado y el último que se dio ayer a conocer.

 

Por ejemplo, los ciudadanos atestiguaron menos conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda, tales como consumo de alcohol en las calles, robos o asaltos, bandas violentas o pandillerismo, venta o consumo de drogas y disparos frecuentes con armas; sólo el vandalismo tuvo un repunte, al pasar de 56.1% de julio a septiembre al 57.7% entre octubre y diciembre, ambos de 2013.

 

En el mismo sentido el documento mostró que si bien la gente aún cambia sus rutinas por temor a la delincuencia, disminuyeron este tipo de acciones. En el tercer trimestre del año pasado el 64.5% de la población dijo que habían decidido, ante la inseguridad, no portar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito; para el cuarto trimestre sólo lo afirmó el 63.6%.

 

Caminar de noche en los alrededores de su vivienda, visitar parientes o amigos y permitir que menores salgan de su vivienda, también mostraron un decremento mínimo.