Los gobiernos de México, Estados Unidos, Guatemala, Honduras y El Salvador se movilizaron para impedir la huida del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera y colaborar con su recaptura; el sinaloense se escapó del penal de Almoloya de Juárez, en el Estado de México, la noche del sábado.

 

En un comunicado, la embajada y el Departamento de Justicia de Estados Unidos compartieron la preocupación del gobierno federal por el escape de El Chapo, y le ofrecieron su apoyo para dar con el paradero del capo, pues además de los procesos penales que enfrenta en México, tiene delitos pendientes en aquel país.

 

“Enfrenta múltiples cargos relativos a narcotráfico y crimen organizado en los Estados Unidos. El gobierno estadunidense está listo para trabajar con nuestros socios mexicanos para proporcionar cualquier asistencia que pudiera ayudar en apoyo de su pronta recaptura”.

 

Guzmán Loera, El Chapo, también regresó a la lista de los más buscados de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en la agencia de El Paso, Texas, por el delito de conspiración y de posesión de sustancias controladas para la producción y distribución de drogas.

 

El líder del Cártel de Sinaloa enfrenta acusaciones de narcotráfico y asesinato en cuando menos seis cortes federales de Estados Unidos, California, Nuevo México, Texas, Illinois, Nueva York y Brooklyn, por asociación delictuosa, delincuencia organizada, narcotráfico, lavado de dinero, posesión de armas para cometer delitos de tráfico de drogas, asesinato, secuestro y tortura.

 

En 2013, la DEA y la Comisión Anticrimen de Chicago lo declararon “enemigo público número 1”, título que anteriormente sólo había obtenido el traficante estadunidense Al Capone.

 

Después de su recaptura en 2014, el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos le había planteado al gobierno mexicano la posibilidad de extraditar al capo sinaloense para evitar que volviera a fugarse como lo hizo del penal de Puente Grande, Jalisco, en 2001, durante la administración de Vicente Fox.

 

El gobierno mexicano se negó en su momento, señalando que el capo debía pagar primero sus deudas con la justicia nacional.

 

Alerta en Centroamérica

 

Los tres países centroamericanos que limitan con México -Honduras, El Salvador y Guatemala- implementaron una “alerta roja” y reforzaron la vigilancia en sus fronteras con el país especialmente en las zonas de paso clandestino, para evitar que El Chapo Guzmán escape por ahí, dijeron en conferencia autoridades de seguridad de los tres países.

 

Participarán en estos operativos la Fuerza de Tarea Tecún Umán y Chortí, de Guatemala; la División Antinarcóticos, de El Salvador y las Fuerzas Armadas de Honduras, de acuerdo con el reporte del diario hondureño La Tribuna.

 

Como parte del operativo para reforzar la seguridad fronteriza en la zona conocida como “triángulo del norte”, los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras revisarán cuidadosamente la entrada y salida de migrantes, reforzarán los controles de seguridad en las carreteras e implementarán labores de inteligencia.

 

Ve mundo fuga como vergüenza para EPN

 

La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán supone una vergüenza monumental para el gobierno de Enrique Peña Nieto, complica las relaciones con Estados Unidos y revela la debilidad del sistema judicial mexicano a la hora de lidiar con jefes criminales.

 

Así perciben los medios internacionales la huida del capo, una noticia que ha copado las portadas de las ediciones digitales de periódicos a lo largo y ancho de todo el mundo.

 

Los medios estadounidenses The New York Times, The Washington Post y USA Today, los británicos BBC y The Guardian, el español El País y el francés Le Monde coinciden en la humillación que supone para el gobierno mexicano la evasión del que fuera jefe del cártel de Sinaloa.

 

“Sólo en México. Sólo en México puede ocurrir (…) que el enemigo público número uno, el narcotraficante más buscado de todo el país y de Estados Unidos, se escape dos veces de cárceles de máxima seguridad”, describe El País en un análisis de la noticia.

 

“La burla de su huida hunde a México aún más en la frustración y el desaliento”.

 

“Esto va a suponer un masivo moretón en el ojo a la Administración de Peña Nieto”, explica por su parte Mike Vigil, antiguo director de operaciones globales de la Administración para el Control de las Drogas (DEA ) estadunidense a Reuters.