De los 16 aspirantes que oficialmente quedaron registrados para contender por la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cinco son científicos; la profesión que, después de Medicina, ha entregado más rectores a la institución. Cabe destacar que, junto con Derecho e Ingeniería, las facultades de Ciencias y Medicina conforman los cuatro grupos de poder más influyentes de la institución.

 

El martes por la mañana, la Junta de Gobierno de la UNAM dio a conocer los nombres de los 16 aspirantes que buscarán oficialmente contender por la rectoría de la UNAM. Esta elección representa la primera etapa del proceso interno de la Universidad, pues de estos aspirantes la Junta de Gobierno elegirá a quienes tengan los mejores perfiles y, entre ellos, a quien se convertirá en el próximo rector de la institución.

 

En una revisión sobre los últimos nueve rectores de la Universidad (desde el periodo de Javier Barros Sierra, de1966 a 1970, hasta José Narro Robles de 2007 a 2015), resulta que la profesión que más rectores ha dado ha sido la de médico, después la los científicos; además de un abogado, un ingeniero y un sociólogo.

 

Aunque en sus más de cien años de historia la UNAM nunca ha sido dirigida por una mujer, en este proceso participan cuatro: María Leoba Castañeda Rivas, Suemi Rodríguez Romo, Rosaura Ruiz Gutiérrez y Gloria Villegas Moreno; de ellas, Suemi y Rosaura intentan por segunda ocasión ser consideradas para la recta final.

 

Las propuestas

 

En sus programas de trabajo, los aspirantes a la Rectoría han señalado la importancia de reforzar la vinculación de los estudiantes con el mercado laboral y de colocarlos al “centro” de la vida universitaria.

 

Para lograrlo, Sergio Alcocer propone adecuar programas y planes de estudios para integrar el inglés y las competencias laborales. Carlos Arámburo propone reforzar la docencia, el sistema de tutorías y la elaboración de programas correctivos.

 

Bolívar Zapata propuso fortalecer el bachillerato e incrementar el acceso de los estudiantes a las nuevas tecnologías.

 

Leoba Castañeda basa su plan de trabajo en mejorar la calidad académica y eficientar los procesos burocráticos. Fernando Castañeda propone reflexionar sobre las condiciones de vida de los alumnos al incidir en su aprendizaje.

 

Alejandro Díaz de León impulsará las Escuelas Nacionales de Estudios Superiores y las modalidades abierta y a distancia para aumentar la matrícula escolar.

 

Javier de la Fuente se concentrará en incrementar los niveles de ingresos y de titulación, así como la calidad de la oferta académica; mientras que Enrique Graue propone cultivar competencias para el mercado laboral, actualización constante y vinculación con las necesidades del país.

 

Héctor Hernández Bringas propone un incremento a la calidad académica y la pertinencia de los programas de estudios, mientras que Juan Pedro Laclette buscará privilegiar el compromiso social de la Universidad.

 

Leonardo Lomelí señala que son tres los factores que deben reforzarse: docencia, investigación y difusión de la cultura. Para Luis Fernando Magaña los estudiantes deben ser formados en valores, ética y respeto; insiste en que aprendan historia y legislación universitaria.

 

Leopoldo Henri Paasch Martínez señala en su plan de trabajo que debe establecerse un sistema de profesorado de carrera para alinear los niveles de calidad de bachillerato, además, señala que debe analizarse la pertinencia de las carreras de muy baja demanda.

 

Para Suemi Rodríguez, la UNAM debe impulsar la elaboración de una política nacional educativa en ciencia, tecnología y apoyo a la cultura, y vincularse más con la sociedad, la iniciativa privada y el gobierno. Rosaura Ruiz propone crear modelos propios de enseñanza y actualizar los planes de estudio.
Finalmente, el plan de trabajo de Gloria Villegas se estructura en tres ejes: articular las tareas “sustantivas” de la UNAM, la integración de los “saberes” universitarios y la evaluación continua.

 

UNAM_GRUPOS_DE_PODER