El próximo año los guerrerenses le dirán adiós a Ángel Aguirre, un hombre que le quedará a deber mucho a su pueblo. ¿Para qué tantos años de batalla para conquistar el poder y desperdiciarlo como arena que se escapa de las manos?

El 5 de julio de 2015 escogerán al nuevo gobernador, a 28 diputados de mayoría relativa, a 18 de representación proporcional y a 81 presidentes municipales, de acuerdo con la ley número 581 de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado (Libro IV, títulos I, II y III).

El pasado 23 de abril, en este mismo espacio, iniciamos la columna diciendo: Proceso publicó en portada que mientras llovía y llovía Ángel Aguirre bebía y bebía. “La noche del viernes 13 de septiembre en Casa Guerrero, en Chilpancingo, el gobernador abrazaba jubiloso a dos de sus predecesores: Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros…. afuera de la residencia oficial la lluvia pertinaz provocaba que familias enteras abandonaran sus viviendas en las márgenes del río Huacapa, mientras en el resto del estado la tormenta tropical Manuel ya ocasionaba enormes estragos… esta contingencia no fue tema de conversación en la mesa donde Aguirre departía con sus invitados… afuera, las calles y avenidas se anegaban”, causando terror y muerte.

Y siete meses después el corresponsal en Acapulco del diario Mural, Alfonso Juárez, dejó en claro que al gobernador Aguirre le valen sus gobernados: llegó días después a la Costa Grande, donde un sismo de 7.4 grados en la escala de Ritcher con epicentro en Petatlán había causado también terror y muerte, mientras los secretarios federales Jorge Carlos Ramírez Marín y Rosario Robles ya habían recorrido la zona devastada. Claro, el mandatario no pudo interrumpir sus vacaciones familiares.

Por lo anterior y decenas de ejemplos más, los ciudadanos castigarán en las urnas al PRD. Irán a sufragar el primer domingo del séptimo mes del próximo año con la intención de mentársela, cobrársela y reprobar su administración. Y es una lástima, porque seguramente el candidato será el nacido el Tecpan de Galeana, el senador Armando Ríos Piter.

El joven legislador, abogado, economista y ex diputado federal se quedará con las ganas de cumplir su sueño, por culpa de la deficiente actuación de su correligionario, y es el caso también del acapulqueño Luis Walton Aburto. El primer edil, con el deficiente mandato de su amigo, Ángel Aguirre, no gana ni tirándose un clavado de la Quebrada.

Claro, el PRI no la tiene nada fácil; de la misma manera, los electores irán a la intimidad de las urnas con el problemón económico, y con la terrible inseguridad que todos padecemos.

Pero quizá el enojo de los guerrerenses es mayor con su todavía gobernador que con la desaceleración económica y la lucha del estado contra las bandas criminales que ocasionan ríos de sangre en todo el país.

Por ello, puede ser que reviva Manuel Añorve Baños, también de Ometepec, muy cercano a Manlio Fabio Beltrones y conocido del titular del Ejecutivo.

Al que no hay que perder de vista es al ya candidato de Morena, Lázaro Mazón, ex alcalde de Iguala y muy cercano a López Obrador.

Muy pronto conoceremos los nombres de los candidatos, las posibles alianzas electorales y el reacomodo de fuerzas rumbo a las elecciones del próximo año; lo que está claro es que se la cobrarán al candidato que impulse Ángel Aguirre.

 

Querétaro.- Muy interesante el análisis de mi amigo, Salvador García Soto: las encuestas en aquella entidad no favorecen al PRI y los prospectos de candidatos priistas a la gubernatura no levantan ni sospechas. ¿Perderá Calzada las elecciones?

 

Estado de México.- La grilla está a todo lo que da en los 125 municipios; todos piden cita con el gobernador Eruviel Ávila. Quieren que los reciba el titular del Ejecutivo para que les dé la bendición rumbo a una presidencia municipal, una de las 45 diputaciones por mayoría o (si se sacan la lotería) una diputación plurinominal. Si nos les alcanza, pues una regiduría.