¡Las mujeres y los niños, primero! Gritan los analistas financieros y bursátiles, incluyendo los bisoños y los observadores políticos, quienes temen que al barco económico que navega por aguas turbulentas nacionales e internacionales, conducido por los “itamitas”, le ocurra lo mismo que al crucero Costa Concordia, que se fue a pique después de chocar con una inmensa roca, frente a las costas italianas, y el capitán ni cuenta se dio porque desestimó las advertencias, pero fue el primero en saltar al agua.

 

Durante cuatro años, el timonel de la embarcación mexicana nos ha asegurado que vamos a llegar a tierra firme; se niega a reconocer que lo que se ve en el horizonte económico y financiero para 2017 y 2018 es un iceberg, y se resiste a cambiar de rumbo, pues, según él, “vamos de pelos” porque los “fundamentales” de la economía están más sólidos que nunca. El país continúa creciendo con baja inflación, una marcada expansión del mercado interno, un sector crediticio en crecimiento con costos más bajos y un alza en el empleo formal. Todo esto a pesar de la caída en el costo del petróleo en más de dos terceras partes, argumenta el secretario de Hacienda. ¡Qué Disneylandia ni qué nada! Expresan los analistas.

 

En un contexto internacional complejo -agregó el funcionario-, la economía mexicana está creciendo de manera estable e incluso más que el resto de las economías de América Latina, gracias a sus fortalezas internas. El crecimiento fue de 2.5% en el primer semestre, debido al dinamismo del mercado interno, presumió, y se desbocó; entre enero y julio el crecimiento de las ventas a tiendas fue de 4.8% anual. La venta de vehículos en el mes de julio ha crecido 17.9%, comparado con el mismo mes del año anterior; el sector agropecuario está creciendo a una tasa de 3.8%; el de servicios, a 3.2%, y el industrial, a 1%.

 

Y para quienes cuestionan que las reformas estructurales no están dando frutos, Videgaray “sacudió el árbol” y empezó a caer de todo: que si la recaudación ha crecido, se ha reducido la informalidad, que hay más crédito a un costo más barato, que si las tarifas eléctricas son 22% más bajas que al inicio de la administración, etcétera, etcétera. Que México sigue siendo un país de bajo endeudamiento porque, como porcentaje del PIB, la deuda sigue siendo mucho menor si se le compara con países desarrollados de la OCDE o de América Latina.

 

Y lo que viene los próximos dos años será mejor. De modo, pues, que si quieren seguir viviendo en Disneylandia, hay que defender dos cositas: las reformas estructurales y el próximo presupuesto de cara al futuro. ¡Nada más y nada menos!

 

Agenda previa

El senador del PRD, Armando Ríos Piter insiste en hacerle el caldo gordo a la Secretaría de Hacienda, pues insiste, junto con otras organizaciones “preocupadas” por la salud de millones de mexicanos que consumen refrescos, que el IEPS a los “chescos” se duplique de uno a dos pesos por litro. “Piter Pan” y su pandilla, como se les conoce en el medio, afirman que el consumo de bebidas con alto contenido calórico está relacionado con la epidemia de obesidad y diabetes. Tal vez tengan razón, dicen otros expertos, pero el referido impuesto para lo único que ha servido desde que se aplicó en 2014 ha sido para llenar las arcas del fisco, con más de 51 mil millones de pesos, y -lejos de disminuir- el consumo de refrescos ha aumentado, según los reportes de las principales embotelladoras que operan en el país. ¡Sigue así, Piter, sigue contribuyendo a las arcas de Hacienda!

 

Y hablando de cosas dulces, hoy el Grupo Beta San Miguel pagará tres mil 398 millones de pesos por los dos ingenios que le compró al gobierno.