Chiapas puede ser el detonante que acabe –o reafirme, en su caso- la sociedad convenenciera que mantienen desde años el PRI y el Partido Verde Ecologista de México.

 

Los 22 diputados locales del Verde por Chiapas y los 59 presidentes municipales surgidos del partido del tucán publicaron un desplegado, en el que piden a su dirigencia nacional seleccionar ya a su candidato a gobernador.

 

Pero no uno en sociedad con el PRI, como ocurrió con Manuel Velasco, sino “uno surgido de nuestras propias filas’’, es decir, auténticamente verde.

 

El sorpresivo desplegado se publica cuando las presiones del PRI por sacar a un candidato de unidad se han vuelto en contra del propio Velasco.

 

No se sabe si ha habido o habrá en el futuro negociaciones entre el gobernador y la dirigencia nacional del PRI para acordar una fórmula de unidad.

 

Lo que ha quedado claro, en las últimas semanas, es que luego del proceso electoral de 2015, en donde el Verde compitió solo –y ganó 59 alcaldías-, en el gobierno de Velasco –sin duda él también- consideran que pueden disputarle la gubernatura al PRI sin tener que asociarse.

 

De hecho, en el Verde creen que pueden ganarle incluso a cualquier candidato de Morena o del PRD –el PAN no pinta-, debido a lo que consideran una buena gestión en el estado: sin contratación de deuda, reducción de la planta burocrática y un nivel alto en la escala de la seguridad pública.

 

El desplegado en cuestión es un primer aviso al PRI, que deberá ceder mucho si quiere seguir teniendo como socio a un tucán que ahora se puso muy gallito.

 

El socavón de más de cinco metros de profundidad que se abrió en el Paso Express en Cuernavaca, recientemente inaugurado por el presidente Peña, pone una vez más en entredicho la supervisión de las obras de esa magnitud.

 

En cuanto se conoció la noticia, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se deslindó de cualquier responsabilidad dejándosela completa a la empresa constructora.

 

Luego se aclaró que no había sido “culpa’’ de la cinta asfáltica nuevecita, sino del reblandecimiento de la tierra -15 metros más abajo-, provocado por las lluvias atípicas que se han dejado sentir en esa parte del país.

 

Los dos muertos, pues, son responsabilidad de Tláloc.

 

 

Ayer estuvieron en el INE los presidentes del PAN, Ricardo Anaya, y del PRI, Enrique Ochoa, para seguir abonando a su causa en el tema de la elección de Coahuila y el rebase de los topes de campaña.

 

La cita de los dos dirigentes ocurre justo en medio de una división de los consejeros del INE, que han tenido en Ciro Murayama y Marco Antonio Baños, a dos exponentes del conflicto: Murayama informando que tanto el PRI como el PAN rebasaron por mucho el tope de campaña y Baños reprendiéndolo por subir esa información a la Red como si ya fuera una decisión del pleno y no una opinión personal.

 

Ochoa asegura que sus representantes de casilla no cobraron por su trabajo, pero no está muy seguro de que sus socios, el Verde y el Panal, hayan hecho lo propio.

 

Si los socios cobraron, entonces sí hubo rebase.

 

aarl