El escritor y político francés Philippe Soupault, es recordado a 120 años de su nacimiento, ocurrido el 2 de agosto de 1897 por ser, junto con André Bretón, iniciador del surrealismo y la escritura automática.

 

Según datos biográficos, el autor nacido en Chaville, Francia, se mezcló en los círculos del Dadá, movimiento precursor del surrealismo hacia 1916. Formó junto con Bretón y Louis Aragon, la revista “Littérature” que según el libro “Surrealismo” de Fiona Bradley, se convirtió en foco de la nueva vanguardia parisina y en vertedero de experimentos de los autores que hoy en día son conocidos como surrealistas.

 

Poco tiempo después, instalado en dicho ambiente artístico, los jóvenes Soupault y Breton trabajaron en el libro “Los campos magnéticos”, el primer experimento de escritura automática, que se define por el fluir de la conciencia, es decir que lo que se plasma en la hoja proviene del subconsciente.

 

Después de dicho título, y distanciado en 1927 de su coautor, por diferencias políticas, según señala la página electrónica “mcnbiografías.com”, sus obras comenzaron a desfilar en una corriente alejada del surrealismo.

 

Su alejamiento de la corriente puede verse reflejada en recopilaciones como “Westwego”, “Wang- Wang” y “Georgia”.

 

Cuentan también que a pesar del alejamiento del surrealismo, la corriente influenció aún en diversas obras escritas en prosa, publicando entre 1923 y 1928 títulos con personajes trastornados, viciosos y con ansia de aventura.

 

De acuerdo con un artículo publicado en “El país”, su libro “Las últimas noches de París” (1928), una de las obras fundamentales de Philippe Soupault y epítome de la verdadera poética del surrealismo.

 

Como novelista escribió varias obras de muy distinta índole en las que aparece como un testigo de su época, capaz de analizar los cambios que en ella se producen: “El buen apóstol” (1923), “Georgia” (1926), “El Negro” (1927), “Historia de un blanco (1927) o “El Gran hombre” (1929), apunta “epdlp.com”.

 

También escribió varios ensayos, entre ellos, “Guillaume Apollinaire” (1928), “Lautréamont” (1929)  y “Charles Baudelaire” (1931).

 

Reticente a la organización y a la ideología propugnada por el movimiento surrealista, Soupault fue expulsado del grupo en 1926. Tras varios viajes, se afincó en Túnez, donde fundó Radio-Túnez en 1938.

 

Estuvo encarcelado y cuando pudo se refugió en Argel, donde publicó sus “Recuerdos sobre James Joyce” (1943) y al año siguiente “Oda a Londres bombardeado”.

 

Después de la guerra publicó las “Canciones del día y la noche” (1949), sin dejar de lado su obra de ensayo, y dando cada vez más importancia a la actualización de sus conocimientos y a su trabajo de memorialista: “Memorias del olvido” (1981-1984).

 

Durante la época del nacismo, el escritor fue apresado, y liberado tiempo después para dirigirse a Estados Unidos. Años más adelante volvió a Francia, París, donde falleció el 12 de marzo de 1990.

 

aarl